Louis pudo sentir como el oxígeno volvía a sus pulmones cuando fue su voz lo que escuchó, acariciando su piel tan suavemente que incluso dolió. Sus ojos se abrieron pudiendo ver a la perfección como Cameron salía corriendo de la habitación, y una última lágrima se deslizó por su mejilla sin darse cuenta.
Harry lo miró, y pudo sentir a la perfección como algo en su interior se rompió con brusquedad al ver su ropa rota y su cuerpo inmovilizado. Un nudo en su garganta no le dejó mediar palabra alguna.
—Suéltame —masculló con un hilo de voz.
—Voy a matarlo —su mirada estaba ida, y su cabeza daba vueltas a mil por hora. Sintiendo la ira contenida corriendo veloz por sus venas.
Sus ojos se inyectaron en sangre, y sus manos se cerraron en dos puños en los que acabó haciéndose heridas de tanta fuerza que ejerció en dichos agarres. Pero no pudo importarle menos. La sed de venganza resecó su garganta, y todos sus demonios florecieron de su corazón buscando su peligroso y fulminante desquite.
Niall corrió hacia su amigo empujando a Harry al entrar, quien se tambaleó sin mover ni un solo músculo. En estado de shock, sintiendo como toda la rabia y el dolor que resguardaba en su interior, hacía de él una bestia despiadada sin ningún tipo de remordimiento.
Porque lo habían tocado a él.
Su espiración se agitó cuando lo vio acariciarse las muñecas enrojecidas al ser soltado por Niall. En silencio, sintiendo como todas y cada una de las cuerdas que lo amarraban a su cordura, se iban soltando una por una. Liberando el animal salvaje y sanguinario que, poco a poco, iba siendo de él a medida que la imagen de ese hijo de puta sobre su vulnerable cuerpo indefenso volvía a su mente una y otra vez.
Louis bajó la cabeza cuando se quitó la cinta de la boca de un solo tirón, y se levantó quitándose los restos de camiseta que quedaban sobre su cuerpo, subiéndose la cremallera del pantalón mientras rehuía de la mirada de su enemigo. Avergonzado, sin el valor suficiente como para mirarlo a los ojos.
Pasó por su lado con la mirada en el suelo, pretendiendo salir de la habitación. Y se zafó de su agarre cuando en un intento por agarrar su brazo, una lágrima se deslizó por el rostro de Harry, hasta caer al suelo volviéndose insignificante.
—No me toques —susurró con la voz rota, frenando sus pasos hasta quedar a su lado.
Harry tragó duro.
—Lo descuartizaré vivo.
Pero Louis negó con la cabeza cuando escuchó sus palabras. Porque no estaba dispuesto a dejarse pisotear de nuevo. Porque no podía cambiar el pasado, pero sí aprender de él. Y si algo tenía jodidamente claro, era que no volvería a sentirse vulnerable nunca más. Por absolutamente nadie.
—Lo haré yo —su mirada se oscureció.
—Louis —Niall, con los ojos enrojecidos y las manos temblorosas, tocó su espalda despacio—. Ven conmigo a la habitación. Deja que Harry y Zayn vayan por él.
—Quiero hacerlo yo —su voz se rompió en aquella súplica que vino directamente de su corazón. Niall tragó saliva entristecido—. Quiero dejar de sentirme así. Demostrarme a mí mismo que puedo defenderme, que no soy una víctima.
—Déjame buscarlo —Harry ladeó su rostro para mirarlo—. Y te prometo que en cuánto lo tenga, te llamaré para que hagas con él lo que quieras. Pero de momento, solo... descansa, ¿Sí?
—Voy a... —parpadeó con lentitud.
Niall lo miró preocupado.
—¿Louis?
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El orfanato
Fiksi Penggemar¿Sería capaz de arder la llama del amor en los adentros de un orfanato, o su fuego acabaría arrasando con todo lo que encontrase a su paso? Entre las paredes de un edificio en el que el misterio, la pasión y la lujuria, jamás han dejado de ser los p...