Capítulo 20: Huiré

624 88 4
                                    

...Narra el chico...

Necesito buscar la forma de escapar, involucrarme con esta clase de sujetos podría ser peligroso y no cuento con la suerte que ha tenido ese chico que antes bajó para traerme comida.

Él dijo que antes también pensaba en huir, pero aparentemente ahora sale con el capitán, algo que seguramente le da inmunidad en este sitio, salir con el capitán debe tener diversas ventajas, sobre todo porque esos salvajes sujetos no buscan matarlo como han demostrado querer hacer conmigo.

Hay un sujeto que se mantiene cuidando el lugar, creo que se llamaba Leo, no presté demasiada atención cuando se presentó fingiendo amabilidad, o al menos en ese momento pensaba que fingía ser amable frente al capitán.

Creía que después se aprovecharía de la situación, aunque no fue así, cuando otro sujeto bajó queriendo molestarme, él lo sacó prácticamente a patadas haciéndome sentir ligeramente interesado, ¿si hago lo mismo que el cocinero, él podría protegerme?

Asumo que el cocinero se acuesta con el capitán a cambio de protección, algo que debería pensar en imitar si deseo salir con vida de este sitio, es obvio que no pisaremos tierra firme pronto, así que, ¿debería usar mi cuerpo como ese chico?

Era un esclavo, fui obligado a pasar varias noches con sujetos asquerosos y si me negaba, era golpeado hasta que enviaban a otro bastardo.

El sujeto de cabello negro no tiene una imagen horrible, es incluso guapo, además constantemente me habla queriendo ganarse mi confianza, puede que él crea lo mismo que yo.

—¿Cómo te llamas? —me preguntó, manteniéndose apoyado contra mi celda, dándome la espalda para no verme mientras me cambio.

Esta es la décima quinta vez que me lo pregunta, suele tratar de distraerme con otras cosas como si le fuese a decir mi nombre inconscientemente.

—Eliot— respondí por fin, una vez terminé de abandonar mis desgastadas vestimentas y utilizar unas nuevas que me trajo el chico que se acuesta con el capitán.

—Bonito nombre, Eliot— comentó con la mirada fija en la pared, mientras que yo me acercaba y me sentaba cerca de él, queriendo ver su rostro de cerca.

—¿Eso es un coqueteo? —pregunté, algo que lo hizo reír.

—No, no me acuesto con chicos— respondió, algo que me resultaba difícil de creer.

De donde yo vengo, muchos sujetos considerados amantes de las mujeres se veían seducidos por chicos como yo, incluso dejaban ver sus deseos más morbosos aprovechándose de que una mujer no se los permitiría, al menos no una mujer "de la alta sociedad"

—¿Por qué eres amable conmigo? —le pregunté con desconfianza.

—Porque debes estar asustado— respondió— además, mi amigo también estuvo en tu lugar y ahora sé cómo se sentía.

—¿Tu amigo? ¿El que se acuesta con el capitán? —pregunté, haciéndolo reír.

—Sí, se llama Joshua y su relación con el capitán no tiene nada que ver con esta situación— me decía girando su rostro para verme a través de los barrotes.

Es guapo, entre más lo miro, menos desagradable me resulta darle mi cuerpo a cambio de protección, de todas formas, su heterosexualidad no es un problema para mí gracias a que es un hombre y como todos tiene deseos carnales que en medio de la nada no logrará satisfacer, al menos no con una mujer.

Él no lo sabe todavía, pero me aseguraré de complacerlo hasta que pueda salir de este barco y una vez vea tierra firme, huiré.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora