Capítulo 59

459 55 12
                                    

Hoy es el gran día donde Ezequiel le pedirá matrimonio a su amado, por lo que hemos estado todo el día organizando los detalles de la propuesta de matrimonio.

Nosotros deseamos que sea algo romántico e inolvidable, además la primera vez que se comprometió con alguien fue un acuerdo obligatorio casi formal donde no existió ninguna muestra de amor ni romanticismo.

Ezequiel no le puede pedir matrimonio de la misma forma, no creo que a Elián le guste recibir esa misma propuesta, por ello, nos hemos estado encargando de todos los detalles especiales para este día.

Ayer conseguimos comprar varias flores que con ayuda de aquellas chicas que trabajan en casa de Fredrik conseguimos hacer varios ramos y diversas decoraciones que podrían cautivar a Elián.

Gracias a esto no he tenido oportunidad de deprimirme, mi mente se mantiene llena de pensamientos externos a mi situación actual, por ello, puedo permitirme estar bien y llegada la hora me alejé de la actual casa donde me estoy quedando para darles el espacio que ellos necesitan.

Pronto atardecerá, el sol está moviéndose poco a poco en dirección al mar para ocultarse y dar paso a la luna, así que como no tenía nada que hacer, decidí encaminarme a la casa de mis amigos para charlar un rato.

Ya lo habíamos hablado, ellos me sugirieron que me quedara en su casa el día de la propuesta una vez les hablé sobre el verdadero plan, así que me estaba encaminando hacía allí hasta que al igual que ayer escuché mi nombre siendo pronunciado a mis espaldas.

Esta vez no era Fredrik, eso sin duda lo agradecí muchísimo, no me sentía capaz de hablar a solas con él sin titubear, sin embargo, cuando vi que era Asher quien se acercaba a pasos veloces, intenté escapar para evitar un enfrentamiento totalmente innecesario.

—¡Espera! —me gritó mientras yo corría casi por supervivencia.

—¡No tengo ganas de discutir contigo! —chillé tratando de correr más deprisa, pero como parecía que no conseguiría escapar, opté por perderme entre los árboles y ocultarme detrás de un tronco que me daba en ese momento protección.

—No quiero discutir— oí que decía con más calma— sólo quiero hablar.

Yo no sabía si era correcto hablar con él, desde que lo conozco ha demostrado que me odia y ahora que he terminado con su amigo, eso sin duda le da camino libre para matarme.

Creí que quedándome en silencio conseguiría engañarlo, pero oí sus pasos acercándose y casi en un tono divertido, me hizo saber que se veía parte de mi vestimenta, lo que me hizo sentir extrañamente avergonzado, ya que mientras yo pensaba que estaba perfectamente oculto, él me vio desde un principio.

—¿D-De qué quieres hablar? —pregunté asomándome detrás del árbol mientras abrazaba el tronco como si este pudiera darme protección.

—De Fredrik— me respondió, parándose frente al tronco, manteniendo cierta distancia para hacerme sentir más seguro.

—No quiero hablar sobre él, ya hemos terminado— le dije casi de forma automática.

—Ya lo sé, pero ustedes deben hablar— me dijo mientras yo lo miraba con desconfianza.

—Desde que te conozco has intentado alejarme de él, ¿por qué ahora tratas de acercarnos? —le pregunté fingiendo ser valiente como para acercarme y posicionarme frente a él— deberías estar feliz, además ya tiene a alguien...

—Sí, lo sé, pero me equivoqué contigo—confesó a pesar de que estaba perdiendo su orgullo— he estado con Fredrik prácticamente toda la vida, por lo que, era fácil ver cómo un porcentaje de gente se le acercaba con codicia y trataba de involucrarlo en situaciones complicadas—me fue contando— él se dejaba llevar por diversos problemas que padecían sus "amigos" —dijo haciendo comillas— les daba dinero, o lo que fuera necesario con tal de ayudarlos, era bastante ingenuo...—murmuró con cierto enfado— le tomó mucho tiempo cambiar, llegó incluso a ser considerado un rebelde por sus padres, cuando en realidad, sólo estaba viviendo su propia vida sin limitaciones, aunque su padre lo echó de casa y de cierta forma, gracias a esto comenzamos a navegar— recordaba con cierta melancolía— el pueblo lo ha amado siempre, a pesar de cambiar, seguía ayudando a los que consideraba buenas personas, sin embargo, su actitud cambiaba en el barco, se volvía más severo y eso lo hizo llegar a la cima una vez su padre falleció, pero seguía atrayendo a gente codiciosa que buscaba aprovecharse de él y...—hizo una pausa— pensé que eras uno de ellos, creía que sólo te acercabas para aprovecharte de la situación.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora