Capítulo 71: milagro o error

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Últimamente siento que he tomado un poco de peso, al principio creía que era debido a la poca movilidad que tenía, pues estaba viviendo una vida más sedentaria, pero a pesar de que he comenzado a caminar mucho más, mi vientre está creciendo.

Fredrik me asegura que estoy igual, incluso menciona que es normal subir un poco de peso cuando estás casado y comes cosas deliciosas, sólo que he cambiado mi dieta e incluso disminuí mis porciones, creyendo que con esto podría recuperar mi figura, sólo que, en vez de bajar, sigo aumentado de peso.

No sé qué está mal conmigo, también me he comenzado a sentir más cansado y hasta en ocasiones tengo náuseas, lo que me ha mantenido preocupado por mi salud, ¿qué tal si estoy enfermo?

El médico del pueblo me asegura que todo está bien, mientras que yo me siento diferente y acomplejado, incluso en ocasiones me enfado por tonterías que ni siquiera deberían tener importancia.

Por otro lado, llevo casi 2 meses sin ver a mis amigos, estos se fueron de viaje al pueblo donde viven los padres de Leo, así que no he podido verlos.

Si mal no recuerdo, hace aproximadamente unos cinco meses Eliot mencionó que también estaba teniendo náuseas, la diferencia es que las suyas eran mucho peores que las mías y ni siquiera podía comer de lo asqueado que se sentía por los aromas.

Quizás nos enfermamos de lo mismo, es posible que esto sea contagioso y deberíamos saber de qué se trata para asegurarnos de que no le vuelva a ocurrir a nadie del pueblo, ¿qué tal si es grave? No quisiera contagiar a nadie con esto, aunque ni siquiera sé si es posible contagiarse.

Es tan frustrante sentirse de este modo, sé que hay algo extraño conmigo, pero no sé qué es.

—Mi amor— me llamaba Fredrik desde la distancia.

Como yo estaba sentado bajo la sombra de un árbol, miré en dirección a la casa esperando a que se acercara y así ahorrarme el levantarme para atender su llamado.

Esperé pacientemente unos minutos, hasta que lo vi verme a través de la ventana y haciéndome señales de "Ven"

No me quería mover, de hecho, desvié la mirada y lo ignoré rotundamente, esperando a que él se acercara.

El clima estaba espectacular, el frío aire me mantenía calmado y a pesar de que normalmente el otoño no es una estación anhelada por la mayoría, ahora mismo estaba siendo perfecta para mí.

Las hojas cayendo o el simple ambiente lleno de silencio me generaba mucha tranquilidad, al menos hasta que Fredrik se acercó.

—Hace frío, deberías estar dentro de casa— me mencionó, mientras yo lo miraba en completo silencio, queriendo retrasar su comentario.

Él soltó un suspiro cansado y se acomodó a mi lado, parecía preocupado y hasta de cierto modo enfadado.

—Tenemos que hablar...— comentó.

—¿Sobre qué? —pregunté.

—Ya sé por qué estás así— respondió, algo que llamó rápidamente mi atención.

—¿El doctor ya averiguó lo que era? ¿Es contagioso? ¿Por cuánto tiempo seguiré así? —lo fui llenando de preguntas.

—Por lo visto, seguirás así unos cuatro meses más— anunció con evidente desánimo— y será un poco peor, pues seguramente tu vientre crecerá más.

—No entiendo...

—Eliot está embarazado— anunció, algo que me hizo abrir los ojos como plato, pues no esperaba esa noticia, de hecho, me reí imaginado que Fredrik estaba bromeando, sólo que poco a poco mi risa se fue apagando al ver la seriedad en sus ojos— y por lo visto, tú también...— añadió.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora