Capítulo 69: Buenas y malas noticias

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Creo que estamos en problemas, aunque en realidad es cosa de tiempo para que averigüen la verdad.

Luego de aquella intensa noche de placer en el templo de los Dioses, unos tres días después, cuando visitaba el pueblo en busca de materiales para la construcción oí de unas mujeres la peculiar vivencia de "El marido de Lorena"

Al principio pensé que sería lo típico, una vivencia que quizás involucraría infidelidad, sin embargo, los rumores decían que el esposo de Lorena había visitado el templo durante la noche y escuchó a los Dioses en su intimidad.

Por lo que decían, él no se acercó a mirar, tuvo miedo de que los Dioses lo castigaran por observar algo que no debía de ver, por ello, simplemente escuchó un poco y pronto se fue corriendo.

Todos decían que seguramente los Dioses se sentían satisfechos con sus ofrendas, incluso aseguraban que habría un gran número de embarazos y curiosamente, varias mujeres fueron anunciando la "maravillosa obra de los Dioses"

Cuando se lo mencioné a Leo, él simplemente carcajeó y me dijo que era una buena noticia, ya que la gente jamás se enteraría sobre nuestros actos, sin embargo, cada que hablan sobre aquel "milagro" me siento muy incómodo.

Hoy visitamos a nuestros amigos, aprovechando que habíamos acabado con los arreglos que estuvimos haciendo en nuestra casa y, cuándo en la hora del almuerzo Joshua lo mencionó, me sentí rápidamente nervioso.

—No creo que hayan sido los Dioses— comentó Fredrik.

—¿Pero quién sería tan desvergonzado de tener sexo en el templo? —preguntó Joshua— todos aclaman a los Dioses, les tienen mucho respeto ¿Cómo podrías dar con los causantes si todos parecen ser de votos?

—Yo si lo haría— le aseguró con una sonrisa Fredrik— de hecho, ahora tengo curiosidad...

—Ni hablar— le dijo de inmediato Joshua— se supone que es un sitio sagrado.

—¿Qué opinan ustedes? —nos preguntó Fredrik, mientras yo soltaba un gritito ahogado, llamando la atención de todos.

—P-Perdón... m-me mordí— dije nervioso.

—Bueno, yo si lo haría— comentó Leo, sonriendo en el proceso.

—¿Ves? No soy el único— le decía Fredrik a Joshua.

—¿Tú también? —me preguntó Joshua inocentemente mientras mi esposo soltaba una risita.

—Quizás...— respondí avergonzado.

—Son unos pervertidos, morbosos e inapropiados— nos decía con disgusto.

—Mi amor, hay veces en la vida donde hay que experimentar cosas nuevas— le aseguraba Fredrik.

—¿Y si te descubren? —le preguntaba.

—Ayuda a que la situación sea más excitante— le respondió Leo con total seguridad.

—¡¿Ves?! —le decía Fredrik riendo— ellos comprenden mi punto.

—Igualmente no lo haría— nos aseguraba Joshua.

—Eso lo dices ahora, pero cuando estás caliente, en realidad deja de importarte el lugar— le aseguró Leo.

—Entiendo ese punto, pero ¿en el templo de los Dioses? ¿En serio? —preguntaba mientras mi esposo se encogía de hombros con una sonrisa en los labios.

—Si tanto lo mencionas, voy a creer que fueron ustedes— comentó haciendo reír a Fredrik quién dijo "Ojalá" dedicándole una mirada juguetona.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora