Capítulo 60

717 76 13
                                    

...Narra Joshua...

Sé que no sería apropiado arrepentirme ahora, nos hemos tomado demasiadas molestias como para retractarme, sin embargo, el hecho de ver la casa de Fredrik me hace detener al caballo mientras mi corazón se mantiene acelerado y la respiración se me acorta.

No quiero verlo, bueno, si quiero, muero de ganas de verlo todo el tiempo, sin embargo, no quiero verlo justamente porque conozco lo estúpido que puedo llegar a ser, ni siquiera sé si aquel sujeto sigue viviendo con él, por ello, no puedo evitar sentirme nervioso.

Asher camina a mi lado con otro caballo, ambos son suyos, así que debo regresárselo una vez regresemos al pueblo, en mis planes no está pasar más de cinco minutos con Fredrik, así que aún con inseguridad decidí adentrarme junto a su amigo sintiendo que todo esto era un error.

Nada me garantiza que con esto él se sentirá mejor, ni que lograremos resolver algo de nuestra anterior relación.

—¿Estás listo? —me preguntó, abriéndome la puerta.

—No— respondí con nerviosismo.

—Perfecto— dijo empujándome al interior de la casa, mientras que él rápidamente cerraba la puerta detrás de mí.

—¡Hey! —me quejé tratando de abrirla.

—¡Cinco minutos! —me gritó desde afuera.

No me sentía capaz, mis manos temblaban, mis piernas temblaban y hasta mi voz temblaba, esto sin duda sería un desastre.

Igualmente, decidí adentrarme por la casa, mientras con miedo buscaba a Fredrik, incluso lo llamé sin ser capaz de alzar la voz, estaba un poco asustado de encontrarlo, de hecho, prefería que no estuviera, aunque él logró escucharme y cuando pensaba abrir la puerta que da al jardín, él entró casi tropezando con sus propios pies y terminó cayendo encima de mí.

—Ugh...—me quejé por el golpe.

Fredrik abría y cerraba la boca mientras soltaba sonidos sin sentido, parecía igual de nervioso que yo.

—Te amo— dijo sin pensar, mientras que yo lo miraba a los ojos, tratando de no reír.

—Te daré cinco minutos y lo anterior no me convence— le aseguré.

—Eh... bueno... este... yo...—titubeaba— perdón, estoy nervioso.

—Entonces me voy— dije fingiendo ser fuerte, cuando en realidad deseaba gritar de lo nervioso que estaba ¡él sigue sobre mi cuerpo! Lo que seguramente le hace darse cuenta de cuan acelerados son mis latidos.

—No, ¡espera! —me decía tratando de calmarse— sé que estuvo mal lo que dije, había muchas cosas que pudimos haber evitado, pero nunca pensé en terminar contigo, en mis planes jamás estuvo el perderte, ni siquiera en cambiarte por alguien más— confesó por fin, hablando con completa seriedad.

—Hmmm...—solté sin saber que decir, por dentro estaba saltando con euforia, mientras que por fuera mordía mi labio inferior para no hablar.

—Lo siento, realmente lo siento mucho— se disculpaba tomándome de las mejillas— por favor, dame otra oportunidad.

—¿Y qué cambiaría? —le pregunté— ya hemos pasado por algo similar varias veces y creo recordar que esta es la tercera o cuarta vez.

—Haré lo que sea—me aseguraba.

—¿Incluso casarte? —le pregunté dibujando una sonrisa en mis labios— ambos sabemos que eso no es algo que te interesaría hacer...

—Pero si deseo hacerlo contigo— me aseguró.

El cocinero del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora