CAPÍTULO 6

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— ¡Elena! No vuelvas a hacer comentarios imprudentes — advirtió Hiro a su pareja.

— ¡¿Por qué lo permitiste?! — espetó Elena, claramente molesta. — No debiste dejar que Kogan la pidiera —.

— Él se lo solicitó formalmente a Logan — replicó Hiro, frustrado. No podía permitir que Elena complicara más la situación con Cristal, pues sabía que su hermano no podría controlar sus instintos por mucho tiempo.

— ¿Desde cuándo complaces a tu hermano? — preguntó Elena, cruzando los brazos en señal de rechazo.

No era común que los licántropos tomaran parejas humanas, y aunque a Elena no le importaba lo que Kogan hiciera, Cristal era diferente. La conocía, le agradaba, y no iba a permitir que la utilizaran.

Hiro podía intuir los pensamientos de Elena. Sin embargo, ella desconocía que Cristal era la compañera de Kogan. Sabía que hasta que él no la presentara oficialmente como su luna, Elena haría lo imposible para evitar que Cristal aceptara la propuesta.

Hiro suspiró, sin saber quién de los dos era más terco: su hermano o su pareja. Kogan ya le había dejado claro que había solicitado a Cristal al alfa Logan.

— Hablaré con él para que la devuelva — mintió Hiro, tratando de calmarla. — Hasta entonces, por favor, no digas nada que pueda enojarlo más —.

Elena no respondió. Seguía enfadada con Hiro por no haber impedido que Kogan solicitara a Cristal. No permitiría que ella fuera usada y haría todo lo posible para que la devolvieran al territorio de Logan.

Solo había una forma de lograrlo. Con su plan en mente, fue a buscar a Cristal.

— ¿No se molestará Hiro si vamos solas? — preguntó Cristal, con duda en su voz.

— Él confía en mí, así que no te preocupes — respondió Elena con una sonrisa, mientras buscaba el conjunto adecuado para vestirla.

— ¿Segura? — insistió Cristal, nerviosa. — No quiero que tengas problemas con él por mi culpa —.

— ¡No te preocupes! — aseguró Elena. — Solo vamos a bailar, así que vístete rápido o no podremos escaparnos — insistió, entregándole un pantalón negro de satén y un top de corsé en tono chocolate.

Si Kogan no iba a devolverla, entonces ella se encargaría de arruinar sus planes. No iba a permitir que se apoderara de Cristal. Elena deseaba que ella se quedara en su territorio y le otorgaría uno de los rangos más altos entre los humanos.

— ¡Te ves divina! — exclamó Elena al verla vestida.

Cristal se miró al espejo, algo incómoda. No solía usar ese tipo de ropa, pero, después de tanto tiempo, decidió no darle importancia. La prenda dejaba al descubierto su espalda, caderas y resaltaba sus senos bien redondos.

— Los hombres harán fila para pasar la noche contigo — comentó Elena, dejando ver sus verdaderas intenciones.

— Elena, sabes que no soy ese tipo de mujer — dijo Cristal, creyendo que su amiga solo estaba bromeando.

— Entonces deberías quedarte en casa — respondió Elena con picardía, entregando unos tacones de aguja. Cuando la vio lista, exclamó emocionada: — ¡Vámonos! —.

Elena sabía que tendría problemas con Kogan, pero más tarde podría conseguirle otra humana para su diversión. Ahora, su prioridad era que Cristal se acostara con alguien de la manada para que Kogan la rechazara.

APODERÁNDOME DE MI LUNA HUMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora