CAPÍTULO 40

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Roland terminaba de verificar que todos estuvieran en orden, mientras Kogan había estado toda la mañana intranquilo con deseos de ver a su luna, después de horas conteniendose de ir a verla..

No es normal que un lobo que recién ha marcado a su compañera estuviera alejado de ella, pero sabían que quedarían entre sus piernas nuevamente — Ya vienen — informó Hiro — ¿Está todo listo? —

— Todo listo — respondió Roland.

— Y tu hermano ¿Está listo?—

— Lo estoy — respondió Kogan, levantándose y acomodando su elegante saco, ansioso de ver a su pareja.

Las puertas se abrieron y la luna Cristal apareció dejando estupefacto a su compañero, al verla con ese hermoso vestido blanco.

Hiro y Roland también estaban sorprendidos por el cambio radical de su luna, ambos pensaron que ahora sí Cristal parece una luna — ¡Mi bella cuñada que preciosa te ves! — vociferó Hiro con deseos de joder un su hermano.

Él se le acercó y la abrazó, dejando todo su olor en ella, para fastidiar a Kogan y él lo miró con enojo— ¡Todos los ojos estarán en ti este día! — vociferó nuevamente.

— Gracias Hiro — respondió Cristal con tranquilidad, respondiendo a su abrazo y Rax comenzó a gruñir.

— Oye lobo no te enojes, lo que dice es cierto, dejamos a tu luna hermosa hoy — dijo Elena conociendo las intenciones de su pareja de molestarlo.

— ¡ESPEREN AFUERA! — grito Kogan enojado, Hiro de manera apresurada salió antes que lo golpearan, Elena y Lynn los siguieron.

— Alfa, no tarde — le comunicó Roland cerrando la puerta del despacho.

— ¿Por qué te enojaste? — Cristal se acercó y comenzó acariciar su rostro — Hiro solo me estaba saludando —

— Soy el único que puede decir que estás preciosa — le dijo deslizando sus manos por su cintura y la atrajo hacia él — No te dejes tocar de él, dejó todo su olor en ti —

— ¿Su olor? —

— Por eso te toco, debes llevar mi olor, no el de él y no quiero que nadie toque lo que es MÍO — termino de decir con un fuerte rugido, deslizando sus brazos por todo la cintura, cuerpo, ropa y cabello de su pareja, para quitar el repugnante olor de su hermano.

— Estás hermosa — le susurro en su oído logrando su objetivo de dejar todo su esencia en ella y beso sus labios.

Las mejillas de Cristal se enrojecen, ante los toques de su pareja y el beso, su cuerpo inicio a calentarse y sentir deseos de estar con él.

— Debes dejar de avergonzarte soy tu pareja — mencionó, al verla alejarse de manera disimulada de él.

— Me siento muy extraña, cada vez que me tocas —

— Es el vínculo, ya te acostumbraras — le dijo juntando sus frentes, las miradas se cruzaron, ella se enrojeció aún más y miró en otra dirección.

— Espero acostumbrarme pronto — dijo con voz baja.

— No te tomara mucho tiempo para adaptarte —

— ¡Cómo estás tan seguro! — le preguntó cruzando sus brazos.

— Te recuerdo que hace 2 días escapaste de aquí — Cristal se quedó pensativa por unos segundos.

— Ya no piensas en irte, me hablas con más confianza y no creas que no siento, que quieres que te besé nuevamente — él se le acercó acariciando su mejilla, Cristal abrió su boca para protestar, pero guardó silencio.

APODERÁNDOME DE MI LUNA HUMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora