CAPÍTULO 35

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Hiro en el despacho adelantaba todo el trabajo atrasado de su hermano, él había encontrado a su pareja y estaría distraído de sus labores por algunos años o tal vez décadas.

Él fue el primero en hallar a su compañera, sabía qué ellas son las únicas que pueden apaciguar a sus lobos y en los primeros años solo piensan en aparearse.

Hiro y Elena llevan juntos 850 años, él puede estar alejado unos días de ella, pero prefiere tener a su pareja cerca —¿Hiciste lo que pedí?—

— Ya lo hice, mañana a primera hora todos iniciarán con los preparativos — le respondió él redactando algunos documentos, Elena se acercó a su pareja para sentir la conexión de su vínculo.

Hiro hizo a un lado lo que estaba haciendo para acariciar a su pareja, ganándose un beso en su mejilla — Te conozco y sé que algo planeabas —

— Kogan no la iba a tocar, tenía que convencer a Cristal que tomara la iniciativa —

— No creo que Kogan se vuelva a moleste contigo — menciono apoyó las manos en el escritorio — Después de esta noche no podrás hacerlo enojar tan fácil, tiene a su luna para que tranquilice —

— Es lo menos que podía hacer, doy gracias a la Diosa que Cristal no es ese tipo de humanas fáciles, si no hubiera muerto un miembro de la manada —

— ¡Lo estabas llevando a su tumba! — Elena lo miró por su comentario.

— ¿Qué fue lo que ocurrió con Tou? le preguntó y él suspiro.

— No va aceptar a Cristal como nuestra reina por tener hijos y pienso que planea retarlo, será difícil, él ya dejó su huella en el pacto, pero si convence a Dante, Wular y Qadar, es posible que suceda —

— Debe comprender que es humana, si hubiera sido una loba conociendo nuestras leyes lo apoyaría, pero no es el casó y estoy segura que Kogan le dará el trono, porque nunca lo ha querido — dijo Elena un poco enojada.

— Él lo sabe y siguió diciendo que no la aceptaría, hasta se atrevió a llamarla puta y los hizo enojar —

— Pensé que Todo era más prudente — Hiro apoyó el comentario de su pareja — Y Kogan ¿sabía de Jilyan y Torik? —

— Lo supo después de pedírsela a Logan, no te mentiré que le dije que la rechazara — Elena lo con odio por su comentario — ¡Me estrelló con la puerta del auto! nunca pensó en rechazarla, busco la manera de traerla al territorio voluntariamente y lo ayude —

— Otro lobo la hubiera rechazado, me alegro que no lo haya hecho es digno de ser el siguiente Rey — dijo Elena acariciando el cabello de Hiro y segundos después se alejó enojada de su lado.

— ¿Por qué te alejas? No me molesta tu comentario ¡Él es el único digno de ser el siguiente líder! —

— ¡Debiste decirme que Cristal era su pareja! —

— Como le dije a Tou, me enteré cuando fue a pedir el permiso para llevársela donde el Alfa Logan —

— ¡Soy tu Mate! piensas que saldré corriendo a decirle a todos los alfas que Kogan encontró a su compañera, no soy tonta para saber que él tiene miedo que le hagan daño, la debilidad de un lobo siempre es y será su pareja — Hiro estaba sorprendido lo tanto que Elena conoce a su hermano.

Él suspire recordó que le había mentido, para mantenerla alejada o tal vez debió decirle, así los acontecimientos de esa semana hubieran sido diferentes — Lo siento — se acerco a ella y acariciando sus brazos — ¿Que puedo hacer para que ya no esté enojada conmigo? — Hiro inclino su cabeza en señal de sumisión, no le gusta que Elena este molesta con él y eso significaba unas semanas sin tener sexo.

— ¡Eso quería que dijeras! — sonrió ella maléficamente, él había caído en la trampa de su pareja.

Empujó a Hiro haciéndolo retroceder hasta estar completamente recostado de la silla, ella se agacho, comenzó a desabrochar su correa y el botón de su pantalón.

— ¡Elena detente! ¡Aquí no! — ella deslizaba sus zipper y él comenzó a tener temor de lo que su hermano le haría por la mañana — ¡No lo hagas... Mierda! —

Hiro sintió los labios de su pareja deslizarse en su pene, Elena masajeó el gran miembro de su pareja con su lengua, haciendo delicadas y lentas succiones — Detente no puedo controlar a Zer.. —

— Hola Zerox — dijo ella, viendo los ojos tomar un color oscuro.

— ¡Ma belle Elena! — hablo el lobo en francés — Ne vous arrêtez pas —

— No lo haré — respondió ella y siguió chupando, lamiendo y estimulando al miembro de su pareja con sus manos.

Zerox masajeó su caballo y con sus manos acarició los senos de Elena haciéndola gemir de lo excitada que se encontraba — ¡Deténgase los dos, Kogan nos matara! — aseguró Hiro.

Elena y su lobo lo ignoraron, Zerox alejó a su pareja de su miembro para recostarla en el escritorio y tiró los papeles que Hiro estaba revisando.

Él lobo comenzó a desabrochar la blusa de Elena dejando expuesto su hermoso sostén de encajes con la piel blanca de sus senos, los lobos no se cansan de ver a sus parejas listas para satisfacerlo.

— Ma belle Sabrina — los ojos de Elena cambiaron a oscuros ante la aparición de su loba, ella y Zerox comenzaron a ronronear y a besarse.

Hiro seguía intentando detener a su lobo, pero él arrancó la ropa interior de su pareja y hundió su miembro rápidamente en ella.

Dabas fuertes estocadas en la vagina de su pareja, ganándose unos hermosos y sexys quejidos de su pareja pidiendo mas y mas.

Zerox sujetaba con fuerza la cintura de su pareja clavando sus garras en ella impregnando su olor — ¡Quiero que me muerdas! — grito una muy excitada Sabrina.

— ¡NO LO HAGAS ZEROX! — Hiro en lo más profundo de la cabeza de su lobo intentaba tomar el control sin éxito.

Él lobo ignorándolo, pasó sus manos por debajo de la cintura de Sabrina, la levantó del escritorio acercándose a su cuello sin dejar embestirla, Sabrina deslizó su cabello y Zerox clavó sus dientes en su marca.

— ¡¡¡OOHH SI..!!!— gritó Sabrina, ambas se retorcían del placer que sentían, agarraron con fuerza los cabellos de su pareja al sentirlo lamer su clavícula.

El bruscamente la recostó nuevamente metiendo sus manos por sus sostén de encaje exponiendo su hermosos pezones rosas y las vio bailar con el ritmo alocado de sus estocadas.

Zerox apretó ambos pezones de Sabrina, ella sin resistirse al gran placer que estaba sintiendo, enterró sus uñas en la madera del escritorio — ¡MAS DURO POR FAVOR! — exige ella, aferrando sus piernas en ambos lados del cuerpo de su pareja.

Hiro todavía seguía luchando con su lobo, pero Elena y Sabrina, seguían estimulando con sus gemidos y sus súplicas de más placer.

Al final dejó de luchar, él junto a su lobo comenzaron a embestir con más fuerzas, pero él estaba aterrado de seguro que Kogan se daría cuenta de lo que hicieron en su despacho y lo mataría por la mañana.

APODERÁNDOME DE MI LUNA HUMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora