CAPÍTULO 34

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Al llegar, las luna Elena y Lynn se llevaron arrastradas a Cristal, en todo el camino de regreso, le estuvieron explicando su función como luna — ¡No te lo pongas! —

— ¡Por favor no me hagas hacerlo! —

— Ya te expliqué cuál es la principal función como pareja de un licántropo y es la única manera de fortalecer el vínculo — Cristal estaba nerviosa.

— No deberías, te aseguro que no lo tendrás puesto por mucho tiempo — mencionó Lynn apoyando a Elena, ambas lunas le habían explicado lo que debía hacer esa noche.

— ¡Qué pensará Kogan, cuando se de cuenta que no llevo ropa interior! —

— Pensará qué nunca quisiste dormir — respondió Lynn con una gran sonrisa en sus labios — Si quieres conservar tu ropa intacta, te recomiendo que no te la pongas ellos las destrozaran, recuerda que somos parejas de alfas y ellos suelen follarnos todo el día —

— ¡TODO EL DÍA! — grito Cristal exaltada.

— ¡No la asustes Lynn! solo tírate encima de él — molesto Elena.

— Pero yo...—

— ¡Oh! solo abre las piernas conozco a Kogan no te querrá tocar, pero tú debes provocarlo, se lo debes después de... — Lynn se detuvo de hablar.

— ¿Qué ocurre? —

— Es Tou — ella quedó inmóvil por unos segundos — Tengo que irme alguien quiere follarme —

— Al parecer no eres la única que gozará la noche — mencionó Elena y Lynn se retiró — Cristal se que es difícil aceptar todo en pocas horas, siempre has sido de él y debes cumplir con tu deber —

— ¡Elena sabes porque tengo temor! este sentimiento, es tan fuerte ¡No quiero sufrir nuevamente! —

— No debes temer, los lobos nos emparejamos de por vida, somos diferentes de los humanos, Kogan nunca te engañará o te dejara — esas palabras hicieron sentir a Cristal más tranquila — Después te explicaré todo con detalle, ahora deben aparearse, así fortalecerás el vínculo y es como dice Lynn, él no va querer tocarte por temor a que lo rechaces ¡Debes provócalo! —

Elena logró convencer a su nueva hermana de no colocarse ropa interior, dejándola con una diminuta lencería color azul que la misma Cristal había elegido, siendo la prenda más decente que Lynn le había mostrado.

Estaba nerviosa, se encontraba en la misma cama donde días atrás había despertado desnuda — ¡Por qué me pasa esto a mi! — se recrimino, de solo recordar a Kogan golpeando su trasero con salvajismo y su cuerpo se calentó ante todos los recuerdos de esa noche.

El sonido de la puerta abrirse la hizo alterarse, vio a Kogan entrar, sus miradas se cruzaron por un par de segundos, él desvió su rostro y se dirigió en dirección al baño.

Él caminó con tranquilidad aunque por dentro él y su lobo, solo pensaban en profanar el cuerpo de su pareja, pero siguieron firme en la decisión que había tomado para no asustar a su luna.

Cristal no quitó la mirada de él, tenía puesto solo un pantalón deportivo exponiendo todo su cuerpo perfectamente formado, ella vio su abdomen, brazos, hombros y su gran espalda bien esculpida.

Bajo su mirada para ver la tela del pantalón ajustarse perfectamente en su trasero, era la primera vez que miraba con lascivia a su pareja, ella no es mujer lujuriosa, pero no se resistió en tenerlo entre sus piernas.

APODERÁNDOME DE MI LUNA HUMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora