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Soltó una risita cuando se vio a sí mismo en el espejo, sus ojos cansados y su piel reseca, notablemente dañada, pensando en que eso era lo que él se había ganado con el tiempo, cuando anteriormente se enorgullecía de lo bonito de su piel.

Había despertado en medio de la madrugada, como de costumbre y en esos momentos no podía conciliar el sueño nuevamente, por lo que prefirió el ir al baño un momento antes de tener que quedarse con el brazo de su pareja sobre su cuerpo, aún sabiendo que en cualquier momento podría despertar.

Jamás había presentado problemas de sueño antes, siendo algún despertar nocturno a causa de su vejiga, pero nada que le evitara el seguir descansando, no como en esos últimos años.

Sabía que su vida era horrible y que él no salía de ella porque no quería, por lo que la culpa lo abordaba todos los días, siendo ese el mayor motivo de sus problemas para mantener el sueño y para retomarlo después de unos minutos despierto.

―Cada día se pone más gris―susurró para sí mismo, viendo en el espejo su marca, la cual era espantosa―Es más complicado cubrirla si se altera de esa forma y el clima no está para utilizar bufanda.

Había tomado la costumbre de hablar consigo mismo en múltiples ocasiones, principalmente porque no tenía a nadie con quien hablar en casa y tampoco podía hablar con muchas personas fuera de ella, por lo que sus conversaciones siempre eran dirigidas a él mismo, al menos la mayoría de las veces.

―Dicen que después de que se coloque gris, comienza el color negro, pero solo será así si el lazo se rompe―suspiró angustiado, porque de por sí odiaba su marca en esos momentos, el hecho de que esta pudiera ponerse más fea de lo que ya estaba, era algo que no lo dejaba tranquilo para nada.

Normalmente, la marca se colocaba negra cuando el alfa rompía el lazo, siendo esto ante la mordida en otro omega, haciendo que el dueño de la marca negra sufriera dolores físicos y emocionales difíciles de explicar.

― ¿Dónde estás? ―se escuchó una voz ligeramente amortiguada por la puerta del baño, haciendo que el omega se sobresaltara terriblemente, tirando de la cadena del inodoro para que escuchara que estaba ahí.

― ¡En el baño! Ahora salgo―habló con temor, acomodándose la camiseta de pijama y comenzando a caminar hasta la puerta, abriéndola después de apagar la luz.

Veía el rostro malhumorado de su pareja en medio de la oscuridad y la poca luz de luna que entraba por la ventana. Se apresuró a llegar a la cama, dejando sus chanclas de goma y apegándose a Hanju, para que no lo regañara.

― ¿Qué estabas haciendo en el baño? ―preguntó con voz ronca, colocando su brazo sobre la cintura del menor, haciendo que tensara sus músculos sin quererlo.

―Tenía ganas de hacer pis, no podía aguantarme―se justificó, cerrando sus ojos con fuerza para intentar dejar los nervios de lado, en especial porque eso podía delatarlo completamente.

―Sabes que tienes que avisarme cuando te vayas a levantar, para esperarte―apretó la piel de la cintura de forma dolorosa, haciendo que Taehyung soltara un quejido bajo, disgustado con su agarre.

―Lo lamento, es solo que no aguantaba y no quería despertarte tan brusco.

Siempre que quería levantarse por la madrugada, tenía que avisarle a su pareja, para que este pudiera esperarle despierto e incluso en ocasiones lo seguía por el departamento, para verificar que no intentara irse de casa o algo similar.

Se sentía tan perseguido siempre, teniendo que justificar todas sus acciones, incluso algo tan cotidiano como ir al baño. No tenía privacidad y era algo a lo que se había acostumbrado con el tiempo, aunque sabía que no debería ser así.

Lazos rotos *:・゚✧ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora