Capítulo doce

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Al anochecer, un desanimado Gulf llegó a la habitación de la pensión, donde su hija sentada en la cama hacía los deberes.

...-Por tu cara veo que no has conseguido mucho, ¿verdad?

-No, cariño. En todos los lugares a los que he ido me han dicho que ya me llamarían pero no creo que lo hagan.

-No pierdas el ánimo papá, algún día tiene que cambiarnos la vida. Es imposible que tengamos tan mala suerte.

El moreno se dejó entonces caer sobre su cama y dejó salir un profundo y agónico resoplido.

-Bueno, al menos tengo una buena salud- dijo este con pesar- hoy me he cruzado con una bella y elegante mujer y me ha hecho darme cuenta de que a pesar de todo soy muy afortunado

-¿Por qué dices eso, papá?

-Oh pues verás hija...ella casi se cae en la calle y yo corrí a ayudarla. Al parecer está muy enferma. Un cáncer le creí escuchar.

-Oh vaya, que triste. Pobrecilla.

-Si, probrecilla. Espero que se recupere, era realmente linda y parecía ser una buena persona. Incluso me quería dar dinero por ayudarla pero no se lo acepté.

-Eso está bien papá. Los actos de ayuda como esos no es ético aprovecharse.

-Si, es verdad- Sonrió el moreno con tristeza mientras recordaba-sin embargo dijo que quería hacer algo por mi. Incluso se llevó uno de mis currículums y dijo que hablaría con su esposo para encontrarme un empleo.

Mae miró a su padre y sonrió.

-¿Te imaginas que te lo encuentren?

El moreno se incorporó y volvió a soltar un profundo resoplido.

-No, no lo creo. Probablemente haya metido el currículum en su bolso, llegue a su casa y ni se acuerde de él en días. Se veía una mujer con mucho dinero y seguramente ni se moleste.

-Ten un poco de confianza papá. Si te dijo eso, quizás sea cierto y te consiga trabajo. Quizás vuelvas a tener otro empleo como en aquella librería y podremos vivir en una casa al fin y....

-No...no, no podemos permitirnos vivir de ilusiones hija. Nuestra realidad es vivir aquí y seguir aspirando a encontrar un trabajo que tenga un seguro sanitario decente y me permita seguir comprando la comida.

-Si, lo sé papá. Perdona, sé que haces todo lo que está en tu mano.

-Bien iré a darme una ducha, luego iremos por algo para cenar, termina tus deberes.

-Si papá, ya me queda poco.

(....)

Mai sentada en el sofá de su gran salón, con sus manos sostenía el currículum de Gulf, el cual no había soltado tras cogerlo de su bolso en la tarde, luego de dejar todas las bolsas en su habitación.

Había tenido con ella el papel todo el tiempo y lo había releído docenas de veces, mientras en su cabeza había tenido la dividida decisión de decirle a su esposo o no.

Sabía que necesitaba ayuda extra pues a pesar de que se había ocupado de Tong hasta el momento, últimamente le resultaba muy complicado compaginarlo con el cuidado del resto de su familia y la casa.

Su enfermedad le sacaba mucha fuerza pero también estaba el hecho de que era muy arriesgado volver a tener a una persona extraña en casa.

De repente esta escuchó la puerta de la entrada y nerviosa se levantó para caminar hacia este y saludarlo con un beso y una sonrisa como siempre hacía.

35. Primer amor - MewGulf  - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora