Gulf Kanawut siempre se sintió distinto a los demás niños pero no lo entendió hasta que cumplidos los quince años, un nuevo alumno llega para terminar la secundaria en su mismo colegio.
Mew -seme
Gulf-uke
A pesar de que Mew y Mai comenzaron con mal pie su nueva vida en común, finalmente comprobaron con el tiempo, que su unión realmente no había sido tan mala después de todo.
Poco a poco, la pareja fue pasando por varias fases después de bajar la guardia y tras comenzar por tolerarse, entonces descubrieron que tenían gustos comunes y finalmente comprobaron que no se disgustaban.
Estos se fueron tomando cariño a fuerza de vivir bajó el mismo techo y tenerse el uno al otro, más que nada porque se contaron sus experiencias y se consolaron mutuamente, debido a que sus vidas eran muy parecidas.
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Finalmente un día, se encontraron siendo totalmente dependientes el uno del otro, entonces John y su socio estuvieron encantados, ya que parecía que sus hijos habían terminado por aceptar que esa era la vida que debían llevar y no otra.
Aún así no respiraron tranquilos, hasta que la pareja llegó tiempo después y por fin les anunció que Mai estaba embarazada.
Mew estuvo feliz con su próxima paternidad, aunque algo dentro de él siempre le decía que eso no era lo que realmente deseaba.
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Lo cierto era que en más de una ocasión, con añoranza este se había encerrado en el baño o en el estudio del apartamento que sus padres le habían regalado al casarse y tras sacar la carta de Gulf de su bolsillo, la copia que había cogido luego de que Kaownah había repartido por todo el colegio y lloraba abrazándola.
El saber que sus hijos serían mellizos fue otra increíble noticia que dejó a ambas familias llenas de orgullo y felicidad, aunque se vio empañada por la fuerte discusión que la joven pareja se encontró al ir a casa de los Suppasit para contarlo, tras ver la ecografía.
Tong muy enfadado, no quería aceptar que su padre le controlara la vida como este había hecho con la de su hermano mayor pues él si quería luchar por su amor verdadero.
Este era Pong, un chico al que el menor de los Suppasit había conocido en la universidad y del que se había enamorado perdidamente.
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