Capítulo Veinticinco

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Antiguas y nuevas sensaciones se arremolinaron en el pecho de ambos, hasta que el arquitecto rompió el beso y volvieron a mirarse a los ojos.

...-¿Por qué has hecho e-eso?- preguntó jadeante el moreno.

-No lo sé pero... ¿No es esto lo que buscabas?- Susurró Mew recuperando el aire.

Temiéndose que ese beso fuese un acto de lástima por parte de este, el moreno empujó a Mew muy molesto.

-No... y ya no quiero que me toques, vete...vete de una maldita vez.

El arquitecto negó con la cabeza y una vez más sujetó los brazos al moreno y nuevamente atrapó sus labios, inundandole la boca con su lengua.

Cuando faltó el aire nuevamente, Gulf ya no alcanzó a decir nada pues de su garganta solo salió un ronco gemido, mientras sentía sus rodillas fallar.

-Eres tan jodidamente lindo, Gulf ...yo...yo...

El moreno se mordió entonces el labio inferior y ese erótico gesto hizo que el arquitecto se llenase una vez más de valor y buscara un nuevo beso.

-Mew, te de-deseo...he esperado tanto por e-esto

-Gulf- jadeó el arquitecto acariciando el delicado rostro de este tras separarse- te amo, siempre lo he hecho...yo...

Al escuchar eso, el moreno esbozó una sonrisa y entonces metió sus manos por dentro de la ropa de Mew, tocando su cálida y encendida espalda.

-Eres tan jodidamente sexy-susurró embobado, me muero porque estés dentro de mi.

-No-A pesar de que esa caricia le erizó cada centímetro de su cuerpo e hizo que su corazón saltara de emoción, la cordura de Mew se hizo presente y entonces se soltó, dando un paso atrás-No, esto no puede ser. Lo siento pero...

-¿Por qué no?-preguntó el moreno aún sonriendo algo confuso- yo lo deseo y creo que tú también

-Si lo deseo pero mi esposa, mis hijos están ahí fuera y...no está bien, no es justo

El moreno asintió mientras miró el reloj de su muñeca.

-Tienes razón...seguiremos mañana en el hotel. Nos vemos allí- dijo sonriendo nuevamente-Me voy, te amo

Mew ni siquiera pudo negarse pues sus labios fueron atrapados en un rápido beso y a continuación vio como Gulf salía de la habitación sin dejar de mirarle muy sonriente.

-Oh joder, ¿Qué coño estás haciendo?- se preguntó el arquitecto frotando su rostro con las manos- no puedes convertirte en un cerdo, no puedes hacerle esto a Mai, tú no eres como tú padre... Mai no se lo merece.

Totalmente sonrojado, el moreno llegó a la habitación de Tong lo chequeó todo y a continuación se fue a la cocina, donde comenzó a preparar el desayuno para el resto de los ocupantes de la casa.

El arquitecto, quién aún seguía aturdido y muy confuso, volvió a la habitación con su esposa quién seguía dormida o eso creyó él, ya que esta estaba soportando un fuerte dolor de cabeza, la cual apenas le había dejado dormir en la noche.

El arquitecto se dispuso a darle un beso y coger sus enseres en la mesilla pero entonces escuchó un quejido de esta, la cual con los ojos entrecerrados, había sentido un escalofrío que le había recorrido la espina dorsal.

-Querida, ¿Estás bien?, ¿Qué ocurre?

La mujer abrió los ojos y tas mirar la cara de preocupación de su esposo sonrió levemente.

-Oh no es nada, tranquilo. Solo tengo un poco de migraña. Se me pasará con un analgésico, ve tranquilo a desayunar.

-Seguro, ¿No será mejor que te acerque al hospital?

35. Primer amor - MewGulf  - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora