Capítulo treinta

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Mew y sus hijos no pararon de llorar en las horas posteriores a salir del despacho del oncólogo, luego de descubrir todo el dolor que durante las últimas semanas, la mujer se había aguantado en silencio.

El doctor les dio toda la información, incluso algo que Tharn desconocía y esto fue que su madre no entraba a la sala de radioterapia para someterse al tratamiento, sino que había estado recibiendo grandes dosis de morfina.

La mujer se las había ingeniado muy bien para guardar su secreto hasta el último momento y eso hacía que Mew se sintiera todavía peor, un verdadero inútil el cual ni siquiera había podido saber quién realmente dormía a su lado.

...-Se han cumplido cuatro meses de los seis que yo le dije a su esposa que tendría... Ya sé que no es un consuelo pero que esto haya ocurrido así, realmente es una bendición, señor Suppasit Cientos de pacientes pasan sus últimas semanas agonizando con fuertes dolores que incluso la morfina no puede acallar y sus familias los ven marchitarse poco a poco, perdiendo sus facultades físicas y mentales. El coma irreversible permitirá que su esposa ya no sufra más.

Las siguientes horas en el hospital fueron muy duras para el arquitecto y también  para sus hijos pues tras poder entrar a verla y despedirse, la espera por el fatal final de Mai fue totalmente desgarrador.

Un total de dos días, aguantó el organismo de la mujer y en ese tiempo tanto Mae como Gulf supieron de ello, aunque solo la chica acudió a la casa de los Suppasit  para quedarse con Tong y finalmente al hospital para estar con su novio y consolarlo, mientras la reemplazaba Anne.

Por su contra y a pesar de fingir no importarle, el moreno estuvo muy apenado y la culpa le carcomió las entrañas pues finalmente comprobó que lo que la mujer le había contado era verdad.

Por ello no fue capaz de ir por el centro hospitalario y acompañar a Mew, aunque se morió de ganas de hacerlo, más que nada porque quiso dejarle que tuviera ese tiempo con sus hijos, ya que no se sentía con derecho.

Finalmente el oncólogo certificó la muerte de Mai y entonces el arquitecto y sus hijos, aunque totalmente destrozados por las muchas horas de estar llorando y esperando, respiraron aliviados de que esta descansara en paz.

Lo siguiente fue preparar el velatorio y el entierro, celebración que se hizo en una capilla ardiente en una de las salas habilitadas para ello y horas después fue llevada al templo sagrado para su último adiós y luego se le dio sepultura.

Mew y sus hijos, junto con Mae permanecieron abrazados todo el tiempo, sin dejar de llorar y recibiendo las condolencias de docenas de personas que acudieron allí.

Desde la distancia y a pesar de tener muchas dudas al respecto, el moreno acudió también pero no se acercó, ya que no se sintió con el ánimo suficiente de soportar las posibles miradas de reproche del arquitecto

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Desde la distancia y a pesar de tener muchas dudas al respecto, el moreno acudió también pero no se acercó, ya que no se sintió con el ánimo suficiente de soportar las posibles miradas de reproche del arquitecto.

35. Primer amor - MewGulf  - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora