Capítulo tres

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Gulf llegó a su casa bastante preocupado pues lo que había visto en la casa de los Suppasit lo habían impresionado mucho.

Realmente no entendía como un padre podía ser así con un trozo de su ser, el cual no había hecho nada malo y se esforzaba por ser el mejor estudiante e hijo.

Eso hizo que Mew se viera mucho más lindo a sus ojos, a pesar de haberse confirmado que jamás ocurriría nada entre ellos, aunque llegará a sentir algo por él.

El moreno rápidamente corrió a su habitación y plasmó toda su fustracción en otra carta, la cual poco después guardó en una caja de zapatos en el fondo de su armario como solía hacer con todas las que había escrito, las cuales sumaban unas veinte.

A la hora de cenar, bajó pero apenas probó bocado pues interiormente se sentía lleno... lleno de decepción, rabia, resentimiento e instinto de protección para el chico al que amaba, porque eso hacía....lo amaba.

Mew era ya parte de él, a pesar de que había querido negarlo y detener a su corazón mil veces para no sufrir pero había sido inevitable hacerlo día a día durante meses y ya no había marcha atrás.

Había deseado serlo todo para él, que al fin el delegado le confesara que también sentía cosas y hacer memorable ese último año en la secundaria, sin embargo sus sueños se vieron forzados a desinflarse tras conocer al homófogo padre de este.

Al día siguiente, acudió al colegio algo triste aunque creyó que nada cambiaría, sin embargo se llevó una sorpresa, cuando vio que Mew se cambiaba de lugar con otro chico.

Gulf se sintió pésimo y en todo momento buscó la mirada del delegado, quién permaneció cabizbajo y distante, cómo había sido su relación en el curso pasado.

Al día siguiente, tampoco vio que Mew regresara a su lugar junto a él, entonces decidió acercarse tras terminar las clases.

...-¿Se puede saber qué ha pasado?, Creí que éramos amigos- preguntó bastante molesto.

-Lo siento pero mi padr...

-¿Tu padre?, ¿Tu padre qué?- le interrumpió el moreno chasqueando la lengua con fastidio.

El delegado suspiró con resignación.

-Lo siento pero no puedo sentarme a tu lado, ni hacer más trabajos contigo. Mi padre cree que a ti ...bueno que te gustan los...que te gustan los chicos... y me ha dado un ultimátum.

-¿Cómo lo sab...?, ¿Qué cosa?, ¿Cómo qué un ultimátum?- preguntó Gulf muy molesto.

-Lo siento...en verdad me caes genial y me gusta estar contigo pero me encanta este lugar y no quiero irme de nuevo- habló el delegado muy apenado- Quiero estar este último curso aquí y si me junto contigo mi hermano y yo no podremos hacerlo.

-¿Me estás hablando en serio?- preguntó el moreno totalmente sorprendido de la magnitud de lo retrograda que era el pensamiento del patriarca Suppasit-¿En verdad te alejaras de mi por equivocadas sospechas?

-Gulf... Él dijo que irradias homosexualidad, que te gustan los chicos y que no quiere que me contagies... Mi padre no quiere que esté cerca tuyo...lo Siento

Los ojos del moreno se humedecieron.

-¿Cómo pu-puede decir eso?, ¿De dó-dónde sacó esa to-tontería?- comenzó a balbucear muy nervioso- eso es to-totalmente mentira...es me-mentira... ¡mentira!

El delegado soltó un profundo resoplido y finalmente levantándose de su pupitre, cogió su mochila con intención de regresar a casa.

-Como sea, Gulf. Me caes muy bien pero no podemos ser amigos, lo siento...lo siento mucho.

35. Primer amor - MewGulf  - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora