El Protector De Hanagaki (TOKYO REVENGERS X TÚ)

Capítulo 8: Primer Día

07 de noviembre del 2005

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Narrador Omnisciente

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Para desgracia del protagonista, el despertador sonó anunciando las 6:30 a.m. ocasionando una mueca de disgusto en su rostro.

Soltó un quejido y se sentó en la cama aún soñoliento, con el cabello hecho un desastre y unas ojeras monstruosas.

—¡Dioooos! No quiero ir— se frotaba el rostro y se pasaba las manos por el cabello con desesperación.

No había tenido un buen pasado en las escuelas.
Había sufrido bullying disfrazado de amistad y bromas por parte de casi todo su salón.
Al ser un niño que era inteligente, usaba lentes y tenía sobrepeso era muy difícil encontrar una amistad real. La mayoría de sus "amigos" sólo lo utilizaban y chantajeaban para obtener un beneficio propio, pero cuando lo lograban se alejaban de él y dejaban de hablarle. Mientras que la minoría de aquellos "amigos" le hacían "bromas amistosas" sobre su cuerpo y su condición física.

Tenía que admitir que el simple hecho de imaginarse que eso le podría volver a pasar lo ahogaba.

Con un pequeño miedo en su ser se dió una ducha.
Hizo su rutina matutina incluyendo el desayuno.

Ya de camino a la escuela iba pensando en el mismo pelinegro al cual salvo.

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—Y así se obtiene la raíz cuadrada con una incógnita y la ley de los signos— el profesor escribió unos cuantos números más y se giró hacia los alumnos —¿Alguna duda?

Nadie en el salón respondió.

—Bien, comiencen a resolver los ejercicios del pizarrón— se sentó en su escritorio.

T/n se dedicó a obedecer al profesor durante las cuatro infernales horas de clase de matemáticas hasta que el timbre sonó anunciando la hora del descanso.

No había mencionado ni una sola palabra. Sólo sentía incomodidad por todas las miradas de personas que no se decidían a hablarle a su nuevo compañero.

Las ganas de tirarse del segundo piso en el que estaban lo invadían por lo que tuvo una mejor idea; subir a la azotea.
Se levantó de su escritorio y se dirigió al lugar deseado.
Pasó las escaleras y trató de esquivar las miradas curiosas de la gente.

Cuando iba saliendo a la azotea se encontró con una sorpresa.

—Oh, perdón— dijo con voz grave al ver que había personas en la azotea.

—¡Espera!... ¿T/n?

—¿Takemichi?— preguntó confuso.

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—¿Qué haces aquí— preguntó observándolo de pies a cabeza.

—Me obligaron a terminar la secundaria— contestó con simpleza.

—Te confieso que no te había reconocido hasta que hablaste.

—El estúpido peinado— dijo tocando el moño hecho de su cabello.

—Y los lentes... el día que te conocí no tenías lentes y llevabas el cabello suelto— dijo Takemichi mientras lo observaba.

—El cabello... siempre lo tengo atado, pero ese día fue una ocasión especial— mencionó recordando el intento de suicidio —y los lentes, no puedo ver bien.