36 | Ella sabe

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Becca

31 de mayo

— ¿Tú crees que lo haya logrado?

La pregunta de Ada expresó toda su preocupación que sentía por Brook. Sabía muy bien que ella no se refería a que lograra huir sino a un hecho mucho más importante.

¿Ella había logrado sobrevivir?

—Quizá no lo sabremos nunca. —respondí bajo.

—Ya han pasado un par de días, han estado conduciendo todo este tiempo, nos hemos alejado más que suficiente ¿Porque no se detienen ya?

—Mm.

Temía que nos estuvieran escuchando, después de todo, aunque los vehículos se habían detenido por más de diez minutos, ellos aún estaban fuera, muy cerca mientras la nieve caía espesa a nuestro alrededor.

Me comenzaba a preguntar si ya la habían encontrado, si habían encontrado los cuerpos que Eduardo plantó para ellos.

"Les dejaré un regalo."

Esas fueron sus palabras antes de comenzar a repartir los cadáveres a su antojo, luego nos obligó a salir a la superficie, a los únicos sobrevivientes de su desastre, mientras nos distribuían como vacas en cada vehículo, siendo custodiados por cuatro personas, uno a cada lado de nosotras y dos por delante del carro.

Recuerdo también que fue la primera vez en días que podía volver a ver la luz del día, esta ocasión no nos cubrió los ojos, pero si nos sujetaron manos y pies, claramente no se iban a arriesgar a que escapáramos.

—Dulce dijo...

—No me importa lo que haya dicho Dulce, lo que le hizo a Brook es imperdonable. —solté mirando en otra dirección.

Ada me miró enojada, sabía que su carácter era tan impulsivo como el mío pero al menos ella trataba de mantener la calma en toda esta mierda, lo cual yo no podía hacer.

—Sabes que no lo hizo por voluntad propia, es algo que le ordenaron hacer.

— ¿Y tú te crees esa mierda? —mis ojos capturaron los suyos por unos instantes.

Eran grises.

El color de la tempestad, del caos.

— ¿Desde cuándo dejaste de confiar en Dulce?

—Desde que secuestro un bendito bebe. —le respondí molesta, pero sin levantar tanto la voz.

Al parecer vehículos adelante habían sido bloqueados por un inmenso árbol caído. Bien.

—Fue orden de Eduardo, si ella no lo hubiese hecho, probablemente Brooklyn y él bebe estarían muertos justo ahora.

— ¿Y qué te asegura que Brook esté viva justo ahora? Ese día estábamos a menos diez grados, ella acababa de dar a luz tan solo unas horas antes de ser abandonada, podría haber cogido fácilmente una pulmonía debido a sus defensas bajas, sin sumarle las complicaciones que le pudo haber dejado su hija ¿Y que si se hubiera desangrado? ¿Crees que hayan llegado a tiempo?

Ada apartó la mirada, dejando salir un largo suspiro.

—Sé que lo que hizo, no es justificable pero era necesario, utiliza la cabeza para pensar, no el corazón, Dulce solo utilizó a su hija para poder salvar a Brook, si se llevaban a su pequeña es obvio que atraerían a Sam y es justamente lo que Eduardo busca, ahora dejar abandonada a Brook era una escapatoria con alto riesgo pero al final de cuentas, era una oportunidad.

—Claro, como tú no tienes familia.

No sé en qué momento, ni en qué segundo, la cabeza de Ada terminó estrellada contra la mía.

Prohibido Odiar a Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora