2| Decisiones

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Miércoles 26 de enero, 9:20.

Damián

—No me contesta. —declaró Becca.

Bajó su celular molesta, pude notar como su pie se movía muy rápido claramente estresada y no era para menos, Adán no aparecía y no contestaba el celular, lo peor era que la reunión con los viejos empezaría en tan solo unos minutos.

Ajusté mi corbata y desordené un poco mi cabello.

Odiaba estar en traje pero tan solo recordar que a Dulce pareció gustarle la primera vez que me vio con el me hizo creer que podía aguantar un poco más.

—Tranquilízate —pedí mientras sacaba mi celular de mi bolsillo y marcaba el número de Adán — Lo llamaré yo.

— ¿Qué te hace creer que te responderá? —Preguntó aun molesta mirándome con la intensidad que desbordaban sus ojos — ¿Por qué no me respondería a mí? Soy su...

Becca se calló de golpe cuando a través de mi celular se escuchó su voz.

Decidí alejarme un poco, la relación de estos dos hermanos había decaído, sin duda, no estaban en el mejor momento. Becca exigía que Adán se alejara del caso de Lucas, no quería que su hermano tomara venganza, no quería que saliera lastimado pero lo que no podía controlar era las decisiones de Adán.

—Damián...—la voz de adán se escuchó cansada.

—Tienes que volver. —Ordené con voz pasiva —La reunión está por empezar.

—Lo lamento, me distraje... —soltó bajo, a veces incluso me costaba creer que estuviera tanto tiempo sobrio, sin duda, algo había cambiado en él y ese algo tenia nombre.

Lucas.

—Adán.

—Estaré ahí en menos de quince minutos —comunicó.

—Has ido a visitar a Lucas ¿Cierto? —pregunté en un suspiro.

Quien lo creería, a veces pensaba que a adán le dolió más que a todos el que Lucas no despertara. Sin duda, había perdido a su primer mejor amigo. No podía sentir más que culpa por ellos, yo era como un hermano para Becca y Adán pero sabía muy bien que ambos tenían demonios que no podían confiar a nadie.

Salvo que lo hicieron, ambos soltaron sus demonios a Lucas y él los cuidó. Pero, él ya no estaba y ellos estaban perdidos.

—Pensé en cambiar las flores porque creí que habrían secado pero...

—No pueden secar si fue ayer que las pusiste —completé por él —Has ido a diario, deberías tomarte un tiempo para ti, creo que lo mejor será...

—Estoy bien —me cortó de manera tajante —Y estaré ahí pronto.

—Becca te estuvo llamando ¿Por qué no le contestaste?

— ¿Tú le contestarías a una persona que solo llama para hacerte mil preguntas cuando tú no tienes ganas ni de respirar?

—Ella solo se preocupa por ti —oí como suspiró.

—No pedí su preocupación así que no tengo porque agradecerle nada.

—Joder, Adán, es tu hermana.

—Y yo soy su hermano, aun así eso no impide que ella se crea como una madre para mí, me siento presionado, me trata como un niño cuando yo puedo solo.

—Se equivocan en lo mismo —hice una pausa —Piensan que pueden solos contra todo y todos pero no es así, nadie jamás podrá solo.

—Mira quien lo dice...—soltó burlón —El chico que le ha mentido a todo el mundo y que seguirá mintiendo porque eso es lo que significa ser tú, no eres más que un maldito mentiroso.

Prohibido Odiar a Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora