24 de febrero
Damián
— ¿Qué tan confiable es esa fuente tuya?
— ¿Qué?
—No quiero sospechas, quiero afirmaciones —solté hecho mierda.
No podía haberle sucedido aquello. Dulce era fuerte, era más de lo que todos creían. Mi Dulce jamás bajaría la cabeza por nadie.
Samuel me miró incrédulo pero luego pareció comprender lo que decía.
— ¿Cuan confiable es tu fuente?
Repetí mas calmado pero conservando la seriedad.
—No es una fuente en concreto —susurró cerca de mí para que Papá y Javier no escucharan — Es lo que se rumora, aun no puedo obtener la información segura, solo lo que se dice.
—No creeré en rumores —retrocedí.
Juré que no volvería a dejarme llevar.
Yo no era así, no era impulsivo, no volvería a causar daño sin estar completamente seguro.
—Damián —Samuel me detuvo del brazo, ganándose mi mirada molesta —Es verdad.
— ¿Por qué debería creerte?
—Porque quien esparció el rumor por toda la sombra ilegal fue el mismo Eduardo Coleman, dijo que su mano derecha ya había tomado a la mujer que tanto había esperado.
Tomé suficiente aire para soltar algo decisivo.
—No creeré en las palabras de ese mafioso de mierda. —lo miré nuevamente, directo a los ojos. —Sin embargo...
—¿Que? —me miró curioso.
—Creeré en lo que salga de tu boca, Samuel, porque tú no haces más que escupir verdad así que dime tú ¿Cuan seguro estas de esa información?
Samuel, me miró confundido, luego procesó todo lo que dije. Estaba dejando en claro que confiaba en su palabra, después de todo Samuel Williams era el único ser en la tierra que te tiraría la verdad en la cara con cero empatía. Él debía tener la respuesta.
—Estoy 90% seguro de que es verdad —respondió —No tendría sentido que divulgarán algo sin fundamento, por pura diversión, mucho menos que quien lo confirmara fuera el mismo Eduardo Coleman.
—Bien, es suficiente para mí.
—Aunque también es probable que lo divulgara para alterar nuestro lado. —soltó tomando su mentón, pensativo.— No podremos saber con certeza lo que sucedió dentro de esa cueva pero solo puedo asegurarte una cosa.
—¿La cual es? —curioseo Javier.
—Dulce la está pasando mal.
Bien, con eso me bastaba.
— ¿Qué harás?
—Gracias por la información, Samuel.
Di media vuelta para regresar a mi sitio pero su brazo nuevamente me detuvo.
— ¿Qué carajos tienes planeado?
— ¿Qué te hace creer que tengo algo planeado?
—Un demonio silencioso es peor que uno atormentado —respondió seco —Así que escupe lo que harás de una maldita vez.
—Te recuerdo que solo somos aliados —tiré de mi brazo, quitando sus manos sobre mi cuerpo —No eres mi amigo, no eres de mi equipo ni familia, no mereces explicaciones.
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Prohibido Odiar a Dulce ©
Novela JuvenilSaga: Prohibido Libro 3 Una vida llena de mentiras, engaño y dolor. Esa fue la vida de Dulce, al menos por un tiempo, hasta que llegó Damon, el chico que hizo de tormenta en su vida poniendo su mundo de cabeza, llevándose todo incluyendo su corazón...