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-Natasha-

Algo que no soporto y se que no soportare jamás en la vida es verla llorar a causa de las cosas que sus padres le dicen, estaba harta de que cada vez que la podía tener entre mis brazos ella ya no soportaba más y se lanzaba a estos para poder desahogarse de todo lo que cargaba en su espalda, estaba tan harta de que no se dieran cuenta de la excelente chica que ambos tenían como hija, que la hicieran sentir inferior al resto solo por no obtener la nota que ellos querían o no ser un robot que siempre siga lo que ellos ordenan.

Es por esa razón que tenía un plan para no verla llorar de nuevo jamás en mi vida.

Yo la sacaría de esta pesadilla repetitiva de la que ella no ha podido escapar.

No me quiero ir a Canadá a estudiar, no te quiero dejar. - susurro con su voz rota.

No lo harás cariño, yo no permitiré que nadie ni nada nos separe, te irás conmigo antes de que ellos te quieran llevar en la mañana. - tome su rostro entre mis manos.

No digas cosas que no cumplirás Natasha. - me miró con tristeza.

Nos iremos por la madrugada, prepara una maleta con las cosas que necesites y pon tus ahorros en una bolsa, yo saltaré por tu ventana para que nos vayamos de aquí como lo hice para estar junto a ti en este momento. -deje algunas caricias en sus mejillas.

Promete que no me dejaras Natasha, promete que irme de aquí contigo no será un error del que me pueda arrepentir toda la vida. -puso una de sus manos sobre la mía.

Te lo prometo pequeña, nos iremos de aquí juntas y jamás te soltaré la mano en todo lo que decidas para tu vida. -estreche su cuerpo entre mis brazos.

Dejando un par de besos en su cabello mientras acariciaba la desnudes de su espalda.

Está bien Natalia, me iré contigo. -susurro con su cara escondida en mi cuello.

Sintiendo una gran calma llenarme en el fondo al saber que la tendría siempre a mi lado.

Te amo mucho muñeca, prepara tu maleta. - susurre tomando su cara.

Dejando un par de besos más en su boca antes de levantarme de su cama para irme.

Saliendo de igual forma por la ventana para regresar caminando al motel en el que solía estar hospedada en este lugar, tomando las pocas pertenencias que había traído conmigo así como mandándole un mensaje a mis padres de que volvería a casa, volviendo a la de la castaña tras pagar mi estancia en el lugar para estar con mi chica, esperando su señal a las afueras de su casa antes de escalar para llegar a su ventana y ayudarla a bajar junto a la pequeña maleta de mano que traía con pocas de sus pertenencias.

Pasando las horas en una pequeña cafetería antes de ir a la estación de trenes para tomar el que nos llevaría al lugar donde había comprado nuestros segundos pasajes para irnos.

Jamás permitiría que ella pagara los boletos de avión para llevarnos a nuestro destino.

Solo un poco más Natasha, si llegaran. -susurre mirando el reloj de la estación.

Jugando con las pulseras en mi brazo deseando que la fila avanzara más rápido.

Al fin nos podremos ir. -suspire al llegar mi turno.

Buenos días, sus boletos a donde. -preguntó la mujer en la ventanilla.

Buenos días señorita, me podría dar dos para... - una voz acortó mis palabras.

Natasha. -escuche al rubio llamarme a mis espaldas.

No puede ser posible. -susurré cerrando los ojos con fuerza.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora