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-Wanda-

Sonrió mirando las fotos que Chiara tiene en su Instagram de mis nietas sentada en el sofá de mi oficina, riendo al ver los videos del par de pequeñas que mi hija tiene en aquel lugar, sintiendo una terrible dolor en el pecho al ver todo lo que nos hemos perdido de su vida todo por unos malnacidos que la arrancaron de nuestros lado por tanto tiempo.

Quizás si en el pasado hubiera sido yo diferente, no me hubiera perdido la vida de mi hija.

Algunas veces desearía regresar en el tiempo y zangolotear de los hombros a la vieja Wanda, decirle que abriera los ojos porque nuestra hija también nos necesitaba y que ella era mi pequeña niña, no solo alguien en quien recargarme en mis peores momentos.

Tras muchos años de terapia entendí que todos tenían la razón al decir que yo no veía a mi Chiara como una hija para mi, si no que por mucho tiempo la vi como una ayuda solamente.

Y ahora que la veo convertida en toda una mujer desearía haber estado siempre a su lado.

Ahora lo único que me quedaba era hacer las cosas mejor en esta segunda oportunidad.

Cometí muchos errores en el pasado, pero esta vez daré lo mejor de mi para no hacerlo.

¿Y qué nombres tienen tus nietas? -Kara caminaba a mi lado por el estacionamiento.

Natasha y yo las habíamos invitado a cenar esta noche a nuestra casa.

Evangeline y Sabrina. -señale a cada una en la foto que veía.

Son muy lindas las pequeñas, aunque... Sabrina no se parece a Mia o Chiara como lo hace Evangeline. -murmuró Lena mirando la foto de mi nieta mayor.

Lo mismo me dijo Nat, pero sea como sea es hija de Chiara. -abrí la puerta del auto.

En eso tienes razón. -Kara subió a un lado de su esposa.

Yo hoy no había traído mi auto por que Natasha me había traído temprano al trabajo.

¿Qué sucede? -las mire cuando me senté en la parte trasera.

No enciende. -murmuró Lena intentando de nuevo.

Debe ser algo en el motor. -murmuró Kara encogiéndose de hombros.

No creo. -gruño Lena bajando del auto.

Quedándome en el asiento trasero mientras veía a Lena pelear con el auto.

Soltando un largo suspiro para bajar de este para llamar a mi esposa haber si ella podría venir por nosotras, marcando su número que solo sonó dos veces antes de que Natasha me contestara, pero no pude emitir ninguna palabra ante su voz, cuando saliendo del hospital mire una figura reconocida junto al de otra chica más grande a su lado, con la cual parecía discutir mientras la sostenía del brazo para comenzar a caminar por el estacionamiento.

Por los tirones de la más grande parecen no llevarse para nada bien en estos instantes.

¡Yo se que no soy ella! -grito la más joven tomándola de los hombros.

Chiara. -me acerque a mi hija.

Ahora sube al maldito auto. - la subió a la fuerza a la camioneta.

Tomando un respiro mientras se acomodaba el cabello para girarme a ver con una sonrisa.

Hola mamá. -sonrió acercándose a besar mi mejilla.

Creí que ya habías vuelto a New York, cariño. -acaricie la herida de su mejilla.

No, ahora que Mia sigue de gira no quería que me quedara sola en New York con las niñas, así que me dejó aquí para también arreglar algunos asuntos y aparte así las niñas también conviven unos días con mi suegra que las extrañaba mucho. -sonrió rascando su nuca.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora