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-Wanda-

Manejo mi auto con calma escuchando la música del estéreo mientras golpeo mis dedos en el volante tarareando las canciones, estacionando mi auto en mi lugar de estacionamiento del hospital, arreglándome frente al espejo retrovisor antes de bajar del auto con mi bolso en mi hombro mientras le pongo el seguro al auto, volviendo a quitarlos para sacar el recipiente de comida que mi esposa había mandado para nuestra Chiara en su primer día trabajando en el hospital conmigo.

Es una tradición que tenemos con nuestros hijos y por primera vez lo haríamos con ella.

¿Tradición Romanoff Maximoff? - Lena camino a mi lado en el estacionamiento.

Natasha quiso mandarle de comer a Chiara. -sonreí mostrándole el recipiente.

Mi esposa se había levantado muy temprano para hacerle la comida a nuestra hija.

¡Cuidado! -Lena me jalo a un lado ante una motocicleta que me pasó rozando.

Quedando congelada sintiendo mi corazón latir con rapidez antes de girar molesta.

¿Oye imbécil que te pasa?, casi me atropellas y tiras mi...  -Me fui callando poco a poco.

Mirando a mi hija cuando se quitó el casco dándome una mirada de pena por su acción.

Lo siento, Mia estaba ocupada con las mejoras de su nuevo estudio, Sabrina no quería soltar mi pantalón para entrar al preescolar con Evangelin y estoy llegando tarde a mi primer día de trabajo ... ¡Buenos días a las dos! -se disculpó corriendo dentro del hospital.

Pero no está llegando tarde a su primer día de trabajo, aún faltan veinte minutos para que empiece su turno. -Lena miró su reloj de muñeca.

Horario de militar. -suspiré tomando la chaqueta que se le había caído a mi hija.

Como se ve que a esta niña jamás le dejo de gustar la velocidad a pesar de ya ser una adulta, con dos hijas y pasar por la milicia. -sonrió Lena mirando la motocicleta de Chiara.

Hay cosas que nunca cambian. -sonreí con nostalgia.

Entrando al hospital hablando junto a Lena antes de ir a mi oficina, donde deje mis cosas en ese lugar antes de ponerme mi bata para comenzar con mi turno, teniendo largas horas agotadoras hasta la hora del almuerzo. Donde me tomé la tarea de buscar a mi hija para almorzar con ella, la cual se encontraba en la cafetería sentada en una mesa mientras leía algo en su teléfono, acercándome a ella para sentarme a su lado robándole una de sus papas fritas que tenía en un plato de su charola junto a la mitad de un sándwich de pavo.

Quitándole su comida comprada para poner la que Natasha había hecho frente a ella.

Ojala no sea ensalada. -murmuró dejando su teléfono.

¿No te gusta la ensalada? - la miré con sorpresa comiendo su sándwich.

Claro que me gusta, pero no me mate haciendo ejercicio esta mañana para no comer algo más que una ensalada. -me guiño el ojo tomando una papa frita del plato.

Viéndola abrir el plato para que sus ojos brillaran al ver su comida favorita de niña pequeña.

Llevo años sin comer esto. -tomó las bolitas de arroz con sus palillos.

Llevándola a sus labios para comerla mientras algunas lágrimas bajaban por sus mejillas.

¿Por qué lloras mi niña? -acaricie su rostro.

Me recuerda cuando éramos pobres y Alek me dejaba sin comer por que era un tragón para querer comer doble ración. -Lloro antes de comenzar a reír.

Mensa. - la empuje haciéndola reír más.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora