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-Natasha-

Muevo de forma ansiosa mi pierna mirando a las personas que camina por este lugar con ropa completamente perfecta para estar aquí mientras la mía es un completo desastre incorrecto para estar incluso sentada en un sillón como este, levantándome de un salto de este algo asustada cuando escucho a una mujer frente a mí mencionar mi nombre, alzando mi mano mientras me acerco a ella que me guía hacia uno de los elevadores, subiendo en aquella caja de metal con algunos espejos y música relajante que nos lleva hasta la última planta de este edificio, quedándome parada en ese lugar esperando mientras miraba las diferentes fotos en grande que había en las paredes antes de ser llamada de nuevo.

Agradeciéndole a la rubia mujer que me da una sonrisa mientras ingresó a la gran oficina.

Natasha Romanoff, toma asiento por favor. -me pidió la mujer parada cerca del ventanal.

Dando un asentimiento antes de caminar hacia la silla frente al escritorio para sentarme.

Deseas algo de tomar. -pregunto caminando hacia donde estaba.

Quisiera un vaso de agua, si no es mucha molestia. -respondí viéndola asentir.

Pidiendo el vaso de agua junto a una taza de té a través del teléfono antes de sentarse.

Quedándonos en un silencio tras recibir nuestras bebidas en donde solo nos veíamos.

Disculpa mi atrevimiento, pero ¿para qué me llamaste Prince? -deje mi vaso de agua.

Para hablar contigo. -respondió dándole otro trago a su té.

Yo no creo que tengamos de algo que hablar. -me crucé de brazos.

Tenemos una familia en común Romanoff, créeme que tenemos mucho de qué hablar esa tarde las dos. -dejó su taza sobre el pequeño plato.

No es nuestra familia en común Prince, Wanda ya me ha dejado muy en claro que no desea que me acerque a sus hijos. -me encogí de hombros apartando la mirada.

Wanda dice eso por que aun no puede curar la herida de lo que pasó en aquella estación de trenes, pero ella sabe muy en el fondo que no te puede negar el interactuar con los niños si ellos si desean conocerte más. -se recargó en el respaldo de su silla.

Y tu me dejaras verlos sin su permiso. -pregunte regresando mi mirada a ella.

No Natasha, jamás violaría la confianza de mi esposa o la traicionaría de ese modo en el que dejo que veas a los niños sin su permiso. -rió negando un par de veces.

Entonces no tiene caso que tengamos esta junta, te dejaré seguir con tu apretada agenda de esta tarde Prince, hasta luego. -me levanté rápidamente de la silla.

Natasha, vuelve a sentarte en la silla. -me pidió de manera serena.

Ignorando lo que me había pedido mientras caminaba hacia la puerta para poder irme.

Estoy muriendo Romanoff. - sus palabras me hicieron detener.

Girando a ver a la mujer que se había levantado de su silla cuando tome la manija.

Que acabas de decir. -pregunte soltando la manija girando mi posición.

Mi motivo de mi llamada para reunirnos es por que no deseo irme sin saber que dejaré a mi familia en buenas manos, necesito asegurarme que el dejar que estés cerca de los niños es una buena decisión que no los lastimara, que dejaré a mi Wanda en manos de una buena mujer que no jugará con su corazón. -salió detrás de su escritorio.

Diana. -murmure dando unos pasos al frente.

Se lo de las flores que le mandaste invitando a cenar, se que antes de saber que estaba casada habías intentando volver a acercarte a ella con regalos y mensajes bonitos, lo se por que ella me lo contó y pude ver ese brillo especial de nuevo. -su voz falló al decir aquello.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora