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-Wanda/ 7 años más tarde-

Despierto entre las brazos de mi esposa por sus besos en mi mejilla y mi cuello que me hacen sonreir, girando entre estos para quedar frente a ella besando sus labios que la hizo reír, tomando mis mejillas para seguirme besando entre cortas palabras de buenos días y cariño que me da desde el primer día en que inició nuestra relación. Sintiendo cómo poco a poco la temperatura del momento comienza aumentar entre las dos, acariciando nuestros cuerpos por debajo de las cobijas entre risas traviesas antes de quedarnos quietas al escuchar una tercera risa en la habitación, girando las dos a ver a la entrada de nuestra habitación en donde se encontraba nuestro hijo con su pequeña hermana en brazos.

Alejándome lentamente de mi esposa mientras nuestro hijo nos miraba con una ceja alzada.

Saben deberían de cerrar su puerta con seguro. -murmuró acomodando a la pequeña.

Buenos días mamis. -grito emocionada quitando sus manos de su boca.

Hijo, no sabíamos que llegarías hoy. -me senté en la cama sonriendo.

Nos avisaron que los regalos que le hicimos a nuestros padrinos y damas ya estaban listos, así que mi prometido y yo volvimos antes. -suspiro entrando a la habitación.

Levantando la camiseta de Natasha del suelo que le lanzó recibiendo una sonrisa apenada.

Aunque pasen los años y nuestro hijo ya no sea un adolescente, aun a mi esposa le apena que nuestro hijo nos mire en situaciones como esta en la intimidad de nuestra habitación.

Ahora sí... buenos días corazón. -estiró sus manos hacia nuestra pequeña tras ponérsela.

Listo para la boda cariño. -pregunte cuando se sentó en la cama.

Estoy feliz por eso y también nervioso, pero no negaré que a la vez estoy nostálgico porque siento que alguien falta a mi lado. -respondió jugando con su relicario en su cuello.

Se que ella estaría muy feliz por ti cariño. -sonreí acariciando su cabello.

Ojalá ella estuviera aquí para mirarme caminar al altar. -sonrió con los ojos cristalinos.

Haciéndome tomarlo de la nuca para juntar su frente con la mía sintiéndolo abrazarme.

Yo también quiero abrazo. -reclamó Larissa cruzando los brazos.

Van aquí corazón. -estire mi otro brazo para recibirla.

Sintiéndola abrazarse a mi y a Alek mientras mi esposa veía todo con nostalgia en su lugar.

Aun el tema de Chiara en esta casa nos hacía ponernos sensibles a todos a pesar de haber pasado tanto tiempo desde la última vez que miramos por última vez a nuestra hija.

Estos años habían pasado tantas cosas en nuestras vidas que a pesar de ahora ser una familia más unida, sin tantos conflictos y felices, la ausencia de Chiara era algo que me hacía sentir un vacío en mi interior todos los días, en especial cuando un año después de mi unión con Natasha nació nuestra pequeña Larissa, una copia exacta de nuestra Chiara, con la personalidad demandante y cambiante de Taylor, y por último el gusto por la moda de nuestro Alek que la hacía tener un closet gigante lleno de cosas que era más grande que la sala de instrumentos de mi esposa, era la combinación perfecta de nuestros tres hijos pero nos dolía que solo pudiera convivir todos los días con dos mientras de Chiara solo veía viejas fotos en los álbumes familiares que tenemos en la biblioteca de nuestra casa.

Algunas veces me dolía darle una versión falsa de por qué ella ya no estaba en casa.

Porque mientras para Larissa, su hermana vivía en Sicilia con su otra abuela.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora