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-Wanda-

Desde que habíamos perdido a nuestra Chiara se nos había hecho una tradición a Natasha y a mi salir cada último sábado del mes a algún lugar solo con nuestros hijos para pasar tiempo de calidad, incluso cuando ellos ya tenían sus parejas y Taylor ya tenía a su hija, nosotros seguíamos haciendo la salida solo con nuestros hijos para pasar tiempo de calidad. Así que no encontramos una mejor manera para alzarle el ánimo a Chiara que invitarla a la primera salida familiar desde que ella volvió, iniciando con un desayuno familiar con la pequeña Larissa en la cafetería favorita de nuestra hija pequeña, para terminar solo los mayores y nosotras en un bar karaoke al que Taylor y Alek querían traer desde hace mucho tiempo a su hermana para pasar el rato.

En mis vagos recuerdos aun tengo la memoria de que la voz de mi Chiara era espectacular.

Vamos Chiara una canción. -le pedía Alek a su hermana que negó riendo.

¿Acaso solo me trajeron a base de engaños de que habría buen alcohol para que subiera al escenario? -nos miró a todos haciéndonos reír a mi esposa y a mi.

Viendo a Alek y Taylor fingir indignación ante las palabras de su hermana.

¿A que te recuerda esto cariño? - Natasha pasó su brazo por mis hombros.

Cuando Larissa nació, cuando los dos se peleaban por ver quien era el mejor hermano. -reí ligeramente al ver al par de adultos jalar a su hermana de un lado al otro.

Ahora es como si nuestra Chiara fuera la nueva bebe en la familia, solo míralos... actuando como adolescentes. -rio mi esposa viendo como Chiara les aventaba hielo a cada uno.

Aun es nuestra pequeña, aun la veo como esa pequeña niña que una tarde salió de casa y no la volvimos a ver por largos años. -murmuré viendo a mi hija reír.

Había tantas cosas de ella que aún no sabíamos, tanto dolor en su mirada cuando se pierde en sus pensamientos y tanto sufrimiento escondido en grandes sonrisas que iluminan.

Algunas veces quisiera solo abrazarla con fuerza por horas y decirle lo tanto que me arrepiento por todo lo que paso, pero tenía miedo de que en ese abrazo tan fuerte ella se rompiera en mil pedazos y jamás encontrará todas sus piezas de nuevo.

Ay no puede ser...-la voz de mi esposa me hizo salir de mis pensamientos.

¿Qué pasa amor? - la gire a ver con preocupación.

Mira hacia la puerta. -murmuró con la mandíbula tensa.

Haciéndome girar hacia la puerta por la cual entraba Mia con su grupo de amigos, viendo a la rubia que entraba sujetando de la cintura a una castaña que reía. Girando mi rostro para ver a mi pequeña Chiara que había dejado de estar peleando con sus hermanos, mirando en la dirección de Mia en silencio, viéndola hablar con aquella castaña sin siquiera voltear a verla teniendo el descaro de estar coqueteando frente al rostro de nuestra hija.

Teniendo tantas ganas de levantarme y romperle la cara cuando mire una lágrima solitaria bajar por los ojos cristalinos de nuestra hija que apartó la mirada.

Camil, si quieres nos podemos ir de aquí, pequeña. -Taylor acomodo su cabello.

No, estoy bien... estamos pasando un bonito momento familiar y esto no va a arruinar nuestro momento de familia. -sonrió bebiendo de su trago.

Cariño. -murmuré intentando hacerla reflexionar.

Pero ella solo negó soltando el popote de su bebida girando a vernos con sus ojitos tristes.

En serio está bien, ella está en la barra y nosotros en una mesa cerca del escenario... solo no le demos tanta importancia. -se aclaró la garganta acomodándose en su asiento.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora