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-Wanda-

Despierto por los ligeros rayos de sol colándose a través de las persianas y el sonido relajado del exterior, dándome la vuelta sobre la cama para quedar boca arriba mirando al techo de madera de la habitación, girando el rostro a mi lado derecho para sentir una sonrisa formarse en mis labios al ver a mi linda mujer durmiendo a mi lado con sus labios ligeramente abiertos y su mano aun sujetando mi cintura como todas las mañanas.

Dejo un pequeño beso en sus labios antes de quitar su mano de mi cintura para poner mi almohada y poder levantarme para iniciar mi mañana dirigiéndome al baño de nuestra habitación, tomando una ducha rápida, un cambio de ropa y una vista rápida en el espejo cercano de la ventana antes de salir de nuestra habitación evitando hacer tanto ruido, caminando por el extenso lugar silencioso mientras agarro mi cabello en una coleta algo despeinada siguiendo mi camino hasta ir a la sala de la casa en donde se encuentra la mujer mayor leyendo un libro sentada en el sofá cerca de la puerta de cristal abierta.

Buenos días. -salude a la mujer que apartó la vista de su libro.

Wanda, hija, buenos días. -saludo sonriente cerrando el libro para ponerlo a un lado.

Los ha visto. -pregunte acomodando las mangas de mi camisa.

Viendo como la sonrisa de la mujer crecía levantándose para que la siguiera al balcón.

Me obligaron a sentarme en el sillón desde muy temprano para ser ellos los que hicieran los deberes del día de hoy. -se rió por lo bajo señalando al par de chicos en la parte de abajo.

Ya desayunaron. -pregunté girando para ver a la mujer a mi lado negar.

Dijeron que las esperarían para hacerlo. - me informo encogiéndose de hombros.

Bueno iré a decirles que vengan a desayunar. -dije regresando al interior de la casa.

Yo iré a pedir que preparen el desayuno. -dijo a mis espaldas haciéndome asentir.

Caminando de regreso para dirigirme a la puerta corrediza para salir de la casa en donde estábamos, saliendo al jardín trasero en donde se encontraba mi hijo recostado en una de las sillas frente a la piscina leyendo las instrucciones del pequeño cuaderno en sus manos disfrutando del sol en su traje de baño mientras que su hermana se encontraba al otro lado de la piscina con sus audífonos puestos, armando el nuevo columpio que la rubia mujer qué nos invitó a estas vacaciones había comprado para la villa hace unos cuantos días atrás.

Haciéndome reír al ver que no escuchaba ninguna de las instrucciones que le daba el chico.

Y luego ya insertas la B en la A y listo, terminamos de armar el columpio y solo nos queda probarlo. -grito emocionado el castaño cobrizo lanzando el instructivo al aire.

Tomando la limonada a su lado para darle un largo trago.

Hola mami, cómo estás el día de hoy. -pregunto cuando me senté a su lado.

Hola cielo, creí que le estabas ayudando a tu hermana. -rei recostándome en la silla.

Si la estaba ayudando desde temprano, no me escuchaste decirle las instrucciones para armar eso. -pregunto bajando un poco sus lentes de sol para verme sobre ellos.

Tanto te escucho que ya lo termino de armar. -me rei señalando mis orejas.

Oh esa bruja gótica me las pagara. -se levantó al saber de qué era lo que hablaba.

Caminando a paso decidido hacia su hermana con su limonada en las manos.

Te vas a quemar los... -me rei al verlo regresar por sus sandalias que se le habían olvidado.

𝐌𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐲 ( 𝐆!𝐏)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora