Capítulo Piloto

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—¿Te puedo ayudar? —Pregunté mirando como Ari hacía la comida.

—Claro, ¿Podrías cortar un poquito de cebolla, por favor?

Comencé a hacer lo que ella me pedía, me puse a su lado, pero sin llegar a ser un estorbo y me dispuse a picar lo que me había dicho.

—¿En cuadritos? ¿O tipo rodaja? —Pregunté antes de regarla.

—En cuadritos, es para hacer unos hot dogs. —Sonrió amable.

—Oh, bueno.

La conversación se había quedado hasta ahí. No era buena haciendo conversaciones a nadie.

—Oye Navi, ¿Cómo te sientes? —Me preguntó y yo no entendí a qué se refería. —Digo, no me lo tomes a mal, pero nadie acá te conocía, y unas personas aún no te tienen la suficiente confianza. He visto que solo estás ahí, solita en un rincón cuando todos los demás estamos echando desmadre.

—Ah... —Murmuré sintiendo los ojos picar. —Pues me siento apartada hasta cierto punto, estoy tratando de involucrarme más con ustedes porque igual siento que voy a salir primero.

Las primeras lágrimas salieron de mis ojos. Pero no sabía si era por la cebolla o porque estaba triste.

—Y la verdad voy a disfrutarlo ya no como streamer pequeña, sino como fan. —Me reí un poco y ella también lo hizo.

—Ya llegué. —Habló Rivers con el cabello mojado. —Hola Navi, ¿Por qué estás llorando? ¿Por qué está llorando la niña? ¿Qué le hiciste pinche Ari?

—Es que la cebolla me está contando cosas bien tristes. —Murmuré y ellas se rieron.

—Partele su madre a la cebolla. —Me dijo y finalmente me reí.

—Chanfle, tengo... —Miré mis manos para comenzar a contar. —... uno, dos... cuatro... cuatro días, o cinco para disfrutar estar aquí.

—Mmmju, y yo ya me quiero ir de aquí. —Dijo Mariana llegando. —Oye Navi, ¿Tu por qué quieres estar aquí? ¿O como llegaste aquí?

—Si quieres ve a hablar con ellos y yo mientras tapo las salchichas. —Me dijo Ari y yo asentí, yendo a sentarme con los demás.

—No pues... siento que no solo el dinero del premio me ayudaría, sino que podría ser un poco más conocida, quizás no a su nivel pero pues ya lo que sea.

—¿Hace cuanto comenzaste?

—Hace... a inicios del año, hace ocho meses.

—No mames, ¿Cuántos seguidores tienes? —Preguntó Aldo.

—Pues dos mil y algo.

—Para ser poco tiempo no está mal, vas muy bien. —Dijo Mariana y yo sonreí. —¿Y que contenido haces?

—Pues principalmente Minecraft, me gusta mucho el juego y hace apenas unas semanas me uní a una serie llamada Boombayah.

—¿Y no te van a sacar si no entras?

—No creo, para la semana que voy a estar aquí. —Me encogí de hombros.

—Es que, mira, creo que ni nosotros te tenemos mucha confianza, como tú probablemente no nos tienes confianza. ¿Qué tal si nos tomamos una cheve, así bien relax y ya se nos quita la pena?

—No mames, Osvaldo, siempre quieres andar mamando.

—¡Pues no tengo nada más que hacer, pendejo!

—Igual no tomo. —Les dije y todos se quedaron en silencio.

—¿Por qué? —Preguntó Rivers.

—Hace un año tuve una mala experiencia con el alcohol, no pienso repetir eso. —Murmuré fingiendo escalofríos.

—Cuéntanos el chisme. —Pidió Alana llegando junto a Barca.

—Ay wey. —Dije sorprendida al ver qué ya estaban llegando todos. —Pero no se vayan a burlar, eh.

—Ya cuéntanos. —Dijo Roier sentándose a mí lado.

—Pues... es que en junio del año pasado, fui a una fiesta, era el cumpleaños de un compañero de la prepa. La cosa es que ahí, pues estábamos tomando Bacardi.

—No mames, por eso te pusiste mal, culera, esa madre es horrible.

—Callese mugroso, hasta al último las quejas. —Le dije y se rió. —Bueno, el chiste es que yo andaba normal, hasta eso como que si me sabía controlar. Pero lo que me apendejó es que mi compañero iba de grupito en grupito con una botella y decía: “shot, shot, shot”, y yo, toda idiota pues le seguía la corriente. Pero así le hizo como unas cinco veces, pero con botellas diferentes. Yo hasta ahí todavía andaba como al cincuenta por ciento, pero ya después una de mis amigas me dijo que fuéramos al baño, pero el perro baño estaba afuera de la casa, y me dio el aire y ahí ya valió.

—Uy no, es que no te debe dar el aire. —Me dijo Rivers.

—Ya después de ahí no me acuerdo de nada, ya hasta que desperté en la cama de mi prima, porque había ido con ella. Ya después ella me dijo que si me puse super mal, que hasta andaba tirada en el piso... —Me reí y luego puse mis manos en mi cara. —Ay, que pena.

—¿Y desde ese entonces no tomas? —Preguntó Alana.

—No, me da asco el alcohol. —Murmuré. —Lo cuál es algo medio pendejo porque yo trabajo como Bartender en un bar, bueno, trabajaba, ahorita pedí unas vacaciones.

—A huevo, ya vamos a tener quien nos haga nuestros tragos de olvido. —Dijo Mariana frotando sus manos con emoción. —El que me vote a esta niña para que salga en esta semana le voy a partir su madre, y lo voy a quemar en el feis.

—Oye, Navi, ¿Y has tenido novio? —Preguntó Alana.

No supe por qué la pregunta pero negué.

—¿Hace cuánto?

—Hace como diecinueve años.

—Pero tú tienes... No mames que nunca has tenido novio. —Me miró sorprendida Molly. —Niña, eres una santa.

—O sea, si he tenido como... ¿Cómo se llaman? ¿Quedantes, ligues? Bueno, eso, pero así algo serio no. Y la neta que bueno, porque nomás es puro desperdicio de tiempo.

—Te lo dejo pasar solo porque no has encontrado a quien realmente te quiera, pero ya después hablaremos de ésto. —Dijo Ari sonriente. —Ya están los hot dogs, ¿Van a querer? Ahí hay.

Cinnamon Girl   |   Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora