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—Es que te estás portando muy mamona respecto a eso. —Dijo Ari.

—Pero es que... yo vine a la casa para disfrutar, conocer nuevos compañeros, hacer amigos, yo no vine aquí para conseguir pareja. Además, mírame, no soy la gran cosa.

—Yayayaya, tampoco te rebajes mucho. —Me dijo Rivers lanzándome un cojín. —Al mojón le gustan las goticas culonas, y vaya sorpresa, tu eres una.

Me saque de onda, miré mi retaguardia pero no había nada.

—No we, estoy plana.

—Chinga tu madre.

—Solo actúa normal wey, sino no solo vas a hacer el ambiente incómodo para ustedes, sino para todos. —Dijo Molly y yo asentí entendiendo.

—Chanfle, pues voy a intentar.

°°°

—Oye Navi, encontré ésto en el piso. —Me dijo Spreen, lo miré y noté que era una pestaña.

—A caray. —Toqué mis pestañas, pero aún las tenía todas. —Pero no se me han caído.

—Entonces alguien agarró tus cosas y se las puso. —Dijo mirando a las chicas.

—¿Qué? —Preguntó de mala gana Rivers.

—No se ve que nadie tenga pestañas puestas. —Murmuré pensativa.

—¿Y si se las puso uno de los pibes? —Preguntó y entonces notamos la ausencia de tres chicos, mejor conocidos como Mc'Trio.

—Hijos de la guayaba. —Exclamé y corrí a la habitación. —¡Ustedes!

—¡Ah! ¡No hicimos nada! —Exclamó Aldo soltando la cajita de las pestañas.

—¡Fue su idea! —Exclamó Roier señalando a Mariana con el adhesivo.

—¡Mentira cochina! —Exclamó Mariana tapándose con el espejo. —¡No me miren, no me miren, soy horrible!

—¡A ver, hijo de la pinflois! —Exclamé quitándole el espejo de la cara.

Apenas lo miré solté una carcajada, me tapé la boca tratando de ya no reír pero no podía evitarlo.

—Te ves bien divis. —Me reí. —No mames, aguanta, no puedo...

Me volteé viendo hacia Spreen para distraerme, pero no podía dejar de reír.

—Me voy a miar wey. —Reí. —No puedo...

Volví a voltear hacia Mariana pero me volví a reír más fuerte, me senté en la cama para evitar las ganas de ir al baño.

—No, no puedo neta. —Dije saliéndome de la habitación.

Los cuatro chicos se miraron entre sí, y chocaron los cinco.

—A huevo, si funcionó. —Dijo Roier feliz.

—Me deben una, pelotudos. —Dijo Spreen saliendo.

—Me voy a miar wey. —Continué riendo. —Ay, que mamón se veía.

—¡Ayudame, mien! ¡No me lo puedo quitar! —Exclamó Mariana y yo solté otra carcajada.

—Che, basta, te vas a hacer en los pantalones. —Me dijo Spreen pero yo no podía. —Vení, boluda, te vas a orinar.

Spreen comenzó a echarme aire en la cara, y ya entonces pude controlarme.

—Ay wey... —Dije tratando de no reír, y de recuperar el aire. —Hace mucho que no me reía así.

Spreen me ofreció un vaso con agua, el cuál agradecí y me dispuse a beber.

—Navi, ayúdame. —Dijo Mariana llegando con nosotros. —No se quitan.

Lo miré y escupí el agua, para después soltar una carcajada.

—¡Yaaaa, no te rías y ayúdame!

—Si Navi, ayúdale, porque Aldo me puso pestañas a mi también. —Lloriqueó Roier y con más razón me reí.

—¿Qué pedo? ¿De que se ríe? —Preguntó malhumorada Rivers, pero apenas vió a los dos chicos comenzó a reírse.

—¡Ya no se rían y ayúdenme!

°°°

—Pendejos, eso es lo que son. —Dijo Ari echándoles removedor en las pestañas. —¿Qué tal si en lugar de maquillaje se ponían crema depiladora, pendejos?

—Si sabemos leer. —Se quejó Roier limpiándose la cara con una toalla desmaquillante.

Así es, no solo se habían puesto pestañas, sino que se habían hecho todo un maquillaje completo, dizque por un reto de Aldo.

—¿Te imaginas al Boiler sin sus características cejas? —Se rió Mariana.

—Ya wey, cállate. —Le dijo Aldo. —Espero que ésto sea viral en tiktok, la neta.

—¿Y mi Ruka? —Preguntó Mariana buscando algo con la mirada.

—¿Tu que? —Preguntó Roier.

—Mi rukaleta, la Yalid.

—¿Cómo? —Roier abrió los ojos, mala idea, el removedor le entró en los ojos. —¡Ah, puta madre!

—Ella no lo sabe, pero ya es mi chava. ¡Humberto, ya te conseguí mamá!

—Que yo sepa a Navi no le gustas. —Dijo Aldo mirando las cosas que usaba Ari.

—Callate, no arruines mis ilusiones. —Le reclamó.

—Oigan, yo quiero ser bien sincera con ustedes, con respecto a Navi. —Dijo Ari quitando con cuidado las pestañas. —Ustedes saben que ella no ha tenido pareja, y eso quiere decir que no ha tenido esa clase de afecto. No traten de llegarle tan de repente con esas cosas, porque sólo van a hacer que se espante.

—¿Y a mí qué me metes, boluda? Navi es como una hermanita. —Le dijo ofendido Spreen.

—Bueno, pero va más que nada para Mariana y Roier.

—Nah, Roier tiene novia, y él la respeta, ¿Verdad que si? —Mariana miró a Roier, quién aún tenía los ojos cerrados.

Sin embargo no dijo nada.

—Ella es una buena chica, ella quiere seguir creciendo en este medio, y no creo que ella quiera que ustedes influyan en su crecimiento. —Murmuró la rubia, terminando de quitar las pestañas para después limpiar el poco removedor que quedaba. —Vayan a lavarse la cara mejor.

Roier se quedó en silencio, no sabía cómo reaccionar.

Ambos salieron de la habitación cielo, encontrándose con las demás chicas hablando en la sala, Navi se encontraba ahí riéndose con las demás.

—Dale, camina rápido. —Dijo Spreen interponiendose entre su vista a Navi.

Roier suspiró y continúo caminando hasta el baño.

Cinnamon Girl   |   Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora