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—¡Navi! ¡Navi! ¡Ya despiertate! ¡Escucha! —Exclamó Rivers despertándome, me quitó todo lo que me cubría y luego sentí como me cargaban.

—Dejen dormir, verga. —Gruñí abrazándome a quien sea que me andaba cargando.

—Hi prima!

Abrí mis ojos apenas escuché esa voz.

—Hi, we are here to support you!

—Yari, échale ganas hija, mi sangre tiene que ganar ésta chingadera!

—Hi Yari, I'm your aunt, Marie! Your mom sends you greetings, everyone sends you greetings!

—¿Madakekua? —Aldo miró a todos. —¿Por qué hablan inglés?

—Son mis primos y tíos de acá de Estados Unidos. —Chillé emocionada.  —Thanks family! Thank you so much!

You're going to win, Yari! We believe in you!

—¡Eres una chingona Yari, si se puede! ¡No dejes que esos pendejillos te derrumben, Mija! ¡Esa gente no te conoce! ¡Nosotros sabemos quién eres y de lo que eres capaz!

Don't trust Roier!

—Ora, ¿Por qué no? —Se quejó Roier.

—Ya te tocaba. —Me burlé. —Thank you!

Habitantes, vayan al interior de la casa.

Ahora sí me sentía motivada, de todo lo que había pasado, no creí que mi familia de California viniera hasta acá para hacer eso. Normalmente yo escuchaba que venían por los demás, pero ahora me sentía feliz.

—¿Cómo es que tienes familia acá?

—Pues sucedió. —Me encogí de hombros.

—¿De dónde son?

—Ah que chismoso eres, pinche Roier.

—¡Oye! ¿Con esa boquita besas a tu mamá?

—Iu, yo no beso, wakala.

—A ella la besan. —Dijo Mariana burlón.

—Tampoco te pases. —Le dije dándole un sape.

—¡Navi, vamos a pelear de nuevo! —Exclamó Rivers.

—No, Navi y yo haremos la canción. —Dijo Ari.

—No Ari, Navi y yo vamos a pelear.

—Rivers, nosotras tenemos que hacer la canción.

—Abril.

—Samantha.

—Matanga dijo la changa. —Dijo Mariana cargándome sobre su hombro para después correr hacia el jardín, en dirección a la piscina.

—¡No aguanta, no sé nadar! ¡No sé...!

Muy tarde, nos había lanzado a la piscina.

Me fui hasta el fondo de la piscina, y trate de moverme para volver a la superficie, pero no podía.

Garra, patada, garra, patada. No funcionaba, y por la desesperación comencé a tragar agua.

Fue entonces que alguien más se lanzó a la piscina, y me jalaron, pero entonces no supe más.

• P O V : R O I E R •

—¡Sacala, Roier! —Exclamó Ari escandalizada.

Cinnamon Girl   |   Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora