Hay una leyenda que los valientes susurran y los cobardes callan por temor a una muerte segura. La leyenda de un demonio que se enamoró de la fragilidad de una rosa, de su sonrisa cálida y el océano que se reflejaba en sus ojos. Un demonio incauto q...
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En este mundo hay tres clases de personas, las que nacieron para triunfar, los eternos perdedores, y aquellos cuya disciplina muestra que todo es posible cuando tu ímpetu es más fuerte que los condicionamientos sociales. Creo que en mi familia no hay lugar para los perdedores, no hay espacio para los que manipulan y juegan a ser víctimas de la situación. No hay espacio para la autocompasión y tampoco para el dolor, excepto el que nosotros infligimos.
Nadie regala nada, se lucha, se sangra, se vive, se cae y se levanta. Con más fuerza, con hambre, con voracidad. Si se quiere un árbol y se debe arrasar el bosque para conseguirlo, se hace. Nadie nos detiene, excepto nosotros mismos. Nadie es más fuerte y tenaz que nuestra mejor versión. Esa que subyace debajo del miedo, esa que está ahí esperando a que nos demos la oportunidad de ser nosotros.
Los Callum somos conquistadores, y si para ellos debemos incendiar el mundo, lo haremos. Lo volveremos cenizas, pero nunca dejaremos de gobernar sobre él.
