25 Plan B 💖🔥

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«Aprovecha cada segundo, pero recuerda que debes salir de allí caminando»

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«Aprovecha cada segundo, pero recuerda que debes salir de allí caminando».

Jared, idiota. Ni siquiera sabía por qué estaba pensando en él en ese momento. O a lo mejor sí, porque iba a cometer la tontería más grande de toda mi vida.

—Es aquí.

La voz de Bryce me sacó a Jared del pensamiento con velocidad y precisión.

Me gustaban las dos macetas en la puerta, una a cada lado de la entrada, con flores amarillas y púrpuras. Estacionamos en la calle, en frente del lugar que Bryce me sugirió. La verdad era que no entendía cómo podía decir que era seguro cuando no tenía ni siquiera rejas. Era una casa muy reducida, con techo de tejas negras y un farol del lado derecho, donde al parecer hubo un jardín. La estructura de ladrillo había sido pintada hacía poco. El olor a pintura impregnaba mis fosas nasales a medida que me acercaba.

La puerta era de color amarillo pastel. Bryce sacó la llave de su bolsillo y la abrió. Yo continué investigando el sitio e intenté responder la pregunta obvia que se suscitaba en mi mente, que, a pesar de estar calenturienta, todavía trabajaba.

—Dijiste que este lugar es seguro —reproché enojada—. Es evidente que tenemos conceptos distintos de lo que significa «seguro».

Bryce rio y negó una y otra vez. Sabía que no estaba bien. Había discutido con su hermano largo y tendido, y estaba segura de que era por mí.

—Ven aquí, te mostraré. —Me hizo una seña para que avanzara en la diminuta casa.

Ingresé, y él levantó una mano para que me detuviera. Frené en seco. Me señaló la puerta y la golpeó. Asentí. Era blindada, ¡gran cosa!

—Blindada —dije como en una obviedad.

—Los vidrios de la ventana delantera y de las dos traseras también, al igual que las puertas.

—Bien.

—¿Crees que te he estado tomando el pelo? —Me quedé callada, y Bryce arqueó una ceja—. Te pareces mucho al viejo Theodor.

—¿Qué?

—Subestimas a todo el mundo. Piensas que la única mente pensante en el mundo es la tuya.

Frente a la afirmación de este hombre contaba con dos opciones. Una era mandarlo a la mierda por compararme con un ser tan ruin como mi abuelo y la segunda era darme cuenta de que había un punto en el que todos los miembros de mi familia nos caracterizábamos: nos creíamos unos sabiondos de primera.

—Lamento si...

—Está bien. —Lo miré de frente, antes de que se disculpara por decirme la verdad en la cara—. ¿Qué más tiene esta cajita de zapatos que no me hayas mostrado?

Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora