18 La última persona que verá en su vida 💖🔥

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Eran cerca de las dos de la tarde cuando tres hombres con anteojos anchos y oscuros ingresaron al edificio ubicado a solo cinco cuadras del Empire State

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Eran cerca de las dos de la tarde cuando tres hombres con anteojos anchos y oscuros ingresaron al edificio ubicado a solo cinco cuadras del Empire State. El viento soplaba entre los edificios. Era una brisa fresca. El sol brillaba, y nada demostraba lo que sucedería y la manera en que cambiaría la vida de varios hombres y mujeres.

Iban impecables en trajes negros. Como solía decir Mayka, siempre estaban preparados para el luto.

«Ya no profetizamos la muerte, nos convertimos en ella».

Theodor y sus frases inolvidables, esas que marcan a fuego, que se graban en el corazón y el alma de seres que entienden que no hay salida de allí, a menos de que hagas un sacrificio, a menos de que tengas las pelotas de aceptar el costo de la rebeldía frente a un hombre que carece de piedad y escrúpulos.

—Muy bien, señores, sus maletines aquí, por favor —dijo uno de los guardias, el cual realizaba las acreditaciones.

—No te preocupes, yo me encargaré —expresó uno de los empleados que había entrado hacía solo una semana.

—¿Seguro?

—Por supuesto. Mira la hora que es. Todavía no has almorzado.

—Te debo una, hermano. —Palmeó el brazo de su compañero y abandonó el puesto de trabajo.

Los tres hombres esperaron a que el empleado nuevo completara la registración. Luego agarraron sus maletines e ingresaron al edificio. El piso doce era su objetivo.

—Es un trabajo limpio. Nadie tiene por qué enterarse. Entramos a la reunión, terminamos con ellos y salimos por donde ingresamos.

—El punto es quebrar la seguridad a la entrada.

—Tranquilo, ya me encargué de eso.

Silas Callum era un hombre de cincuenta años, uno de los pocos «veteranos» que aún se mantenía activo en la familia. Theodor había decidido que él dirigiera la operación. ¿Los motivos? Bueno, había varios, pero sobre todo se debía a que Silas vivió varios años en la ciudad, por lo cual tenía amplio conocimiento de todo el movimiento de una orbe inmensa. Lo acompañaban Owen e Isaac, quizá los mejores tiradores junto con Dominic y Jared.

Subieron al ascensor, que los llevó hasta el piso ocho. Desde ahí subirían al techo de este y bloquearían el sistema de ascensores el tiempo suficiente para que la atención del personal estuviera orientada en resolver ese inconveniente. Ellos se colocarían los guantes, colgarían sus maletines en sus hombros y treparían hasta el piso catorce, donde ingresarían por las escaleras de emergencia y descenderían hasta el doce.

Las cámaras habían captado el ingreso de los tres. Después tendrían una toma de ellos en el piso catorce y un ingreso a las escaleras de emergencia, las cuales deberían usar, dado que uno de los ascensores no funcionaba y la afluencia de personas a esa hora era bestial. Quedaba el tema del piso doce, que fue resuelto por Isaac una hora antes.

Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora