Hay una leyenda que los valientes susurran y los cobardes callan por temor a una muerte segura. La leyenda de un demonio que se enamoró de la fragilidad de una rosa, de su sonrisa cálida y el océano que se reflejaba en sus ojos. Un demonio incauto q...
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Mayka llegó a la mansión con una alegría que no le entraba en el pecho. Estaba de ese modo desde hacía meses ¿Su familia había cambiado? Por supuesto que no, seguían siendo los mismos sanguinarios hijos de puta ávidos de poder y dinero. La que había cambiado era ella. De pronto la oscuridad que la rodeaba y la engullía por momentos, se replegaba frente a su luz. Una luminosidad que le había costado conseguir, pero ahora que formaba parte de ella no la dejaría escapar.
Mayka caminó rumbo a la enorme sala, en una de las mesas estaba la correspondencia que aún no se entregaba. Mayka agarró las cartas y empezó a buscar las que tenían su nombre.
—El abuelo preguntó por ti hoy.
Mayka levantó la mirada de los papeles y se enfocó en el imponente hombre que estaba a unos tres metros de ella. Siempre sigiloso, sin duda su hermano mayor había nacido para ser espía.
—Buenas noches para ti también, Owen—respondió sin darle mucha importancia Mayka—. Estimo no debe haber sido muy importante, de lo contrario me habría llamado al bufete.
—¿Has estado en el estudio hasta esta hora? Vaya, sí que eres una abogada muy dedicada. Me parece extraño porque antes apenas pisabas ese lugar.
—¿Qué quieres Owen?—preguntó porque se estaba cansando de las insinuaciones.
—¿Piensas que en esta familia se valora la lealtad?
—Es por lo que vivimos, ¿no?—replicó Mayka mientras guardaba en su bolso un par de cartas de cuentas que debía pagar.
—Jesse no pensaba así—explicó con una sorprendente calma—. Dominic no pensó en ello cuando engañó a nuestro hermano para acostarse con su mujer.
—Dominic nunca hizo eso—dijo Mayka que ya estaba harta de escuchar ese nefasto rumor—. Lo explicó mil veces. Fue ella quien lo buscó.
—Nuestro hermano se suicidó por su culpa.
—Klaus se suicidó porque estaba enamorado de Dominic, de un hombre.
—¿Qué has dicho?
Mayka negó con la cabeza varias veces, una sonrisa de hartazgo se dibujó en su rostro.
—Klaus era un incestuoso que soñaba con la verga de su primo.—Mayka dio pasos a su hermano—. Con un hombre de su propia familia. Ese remordimiento lo llevó a dejar este mundo.
—Me das asco.—Lanzó Owen mientras contenía sus puños.
—Y en cuanto Jesse—continuó—. Se podría decir que fue el más leal de todos. Fue leal a sí mismo ¿Cuántos de nosotros podemos serlo?
—Sigue pensando de ese modo y vas a terminar como todos nuestros enemigos.
—Creo que, pensemos como pensemos, hay una parcela en el cementerio que será ocupado por nosotros de manera temprana. Nos dedicamos a matar, que no se te olvide. No seas como Isaac.
