—Les advertí que ese imbécil nos traería problemas. Si me hubieran dejado encargarme.
—Isaac—Theodor levantó su mirada de los papeles que estaba firmando—, ¿te he pedido tu opinión?
Mayka estaba cruzada de brazos sentada en la silla de terciopelo frente a su abuelo una vez más. Les había contado la verdad, ¿qué más daba a estas alturas? Isaac se movía de un lado a otro mientras que Owen se encontraba en uno de los sillones antiguos unos metros más allá, al lado de la gran chimenea, la cual tenía sobre ella un gran árbol genealógico.
—No, sé que no lo hiciste—replicó Isaac a Theodor—, pero sabes que tengo razón.
Theodor se mantuvo hermético, se enfocó en Mayka una vez más que tenía su vista en el ventanal, el día brillante que los acompañaba. No había conciliado el sueño en toda la noche, buscando la manera de hacer encajar las piezas, de que la traición no fuera la idea preponderante en la cabeza del patriarca.
—No lo quiero allí—replicó Theodor.
—Abuelo, con el debido respeto—agregó Mayka—, Jesse no hará nada en contra de la familia, ni siquiera está al tanto de nuestros negocios. No es una pieza valiosa.
—¿No lo es para ti?
—Para mí sí—afirmó la mujer sin rodeos—, pero para ti y el resto de la familia siempre se lo consideró como un estorbo.
—Es verdad—confesó Theodor quien afirmó sus manos en el escritorio—, nunca estuve de acuerdo con todos los esfuerzos que se hicieron para que continuara con vida. Los Callums no necesitan débiles en sus filas.
El asco se instaló en la boca del estómago de Mayka, una amalgama de nauseas, tristeza y nervios que en cualquier momento harían que el desayuno ingerido hacía una hora atrás terminara sobre el fino escritorio.
—Hay asuntos que resolver todavía—dijo Theodor después de unos minutos de reflexión—, por ahora manténganlo vigilado, luego le daremos un final.
Mayka asintió y se puso de pie.
—Una cosa más, querida—Theodor levantó la mano, Mayka se mantuvo de pie—, no quiero que tengas ningún tipo de comunicación con Jesse.
—Entendido.—No podría objeciones, ya se las arreglaría más adelante, lo importante es que había ganado tiempo. London y Jesse se irían del país, y aunque le doliera el alma, Mayka supo que era lo mejor.
—Puedes retirarte.
—Abuelo.—Mayka hizo una reverencia con la cabeza y salió del despacho. Isaac estaba parado al lado de la enorme biblioteca que cubría la pared sur. Theodor dio un suspiro.
—Hemos perdido el negocio con Olimpia Zeratos.
Isaac asintió.
—Estoy al tanto de ello.
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Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18
RomanceHay una leyenda que los valientes susurran y los cobardes callan por temor a una muerte segura. La leyenda de un demonio que se enamoró de la fragilidad de una rosa, de su sonrisa cálida y el océano que se reflejaba en sus ojos. Un demonio incauto q...