Dos meses después...
Theodor no solo no se irritó por el accionar de Dustin, si no que lo felicitó por él.
«Has demostrado que no te tiembla la mano al momento de decidir».
Theodor destruyó cada uno de los negocios que los Morgan tenían. Les cerró cada una de las puertas a las que estos llegaban buscando apoyo, los arrinconó, los obligó a replegarse como si un grupo de leones entraran en su territorio y se adueñaran de él. Mayka jamás pensó en sorprenderse ante la maldad de su familia, pero lo hacía. La oscura creatividad no tenía límites. A cada paso, buscaban formas más malévolas de arruinarle la vida a un tipo que solo había querido tener más. La ambición para los Callums era un pecado imperdonable, excepto la propia, claro está.
No había rastros de London Morgan, su familia realizó un funeral simbólico. La desaparición del profesor llegó a los titulares de los diarios y muy pronto la policía entró en juego. Hicieron su trabajo. Fueron, siguieron pistas y lo dejaron en el olvido.
Al cabo de dos meses nadie recordaba a London, nadie excepto la gente que lo amaba, la que seguía esperando un milagro.
Mayka quiso estar presente en el funeral y Jesse le pidió que no. Mayka miró a su primo esa tarde cuando se reencontraron en un café y se dio cuenta de que había madurado de golpe. Había un matiz de oscuridad, sus ojeras profundas reflejaban todo lo que intentaba ocultar. Jesse quería venganza, quería desterrar a cada maldito que había osado profanar su tranquilidad, que le había robado a su amor.
Entonces, Mayka aprendió a vivir en medio de la congoja. Triste por Jesse, quebrada por haber perdido a Bryce.
«Bryce, mi demonio».
Se miraba al espejo y cada día notaba que los marcas de su agarre en la última noche de pasión se desvanecían, las muestras de deseo y devoción se tornaban nada. Solo en sueños volvía a ser libre, solo en sueños conquistaba a Bryce y este la hacía suya de todas las formas posibles. Todavía contaba con ese espacio virginal e incorruptible, ese sitio que nadie mancillaría.
Hubo momentos en los que se quedaban en la ducha, el agua caliente recorría su cuerpo y ella se sentaba en el mármol blanco mientras el agua la limpiaba. Pegaba las rodillas a su torso y se volvía un ovillo. Algún día pasaría, algún día podría mirarse al espejo y no odiarse por dejar lo único que le importaba en la vida.
—Tengo el contacto de un par de hombres que se dedican a rastrear personas.
—Jesse, entiendo tu desesperación.
—No tienes ni puta idea de lo que estoy padeciendo por culpa de esos bastardos.
Su tono había cambiado de manera rotunda. Había comenzado a ver un experto en el habla. Se propuso mejorar para cuando London volviera, se sorprendiera con sus avances.
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Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18
RomanceHay una leyenda que los valientes susurran y los cobardes callan por temor a una muerte segura. La leyenda de un demonio que se enamoró de la fragilidad de una rosa, de su sonrisa cálida y el océano que se reflejaba en sus ojos. Un demonio incauto q...