Londres, Inglaterra. Un año después...
Theodor dio un suspiro y bebió del café colombiano que le habían regalado para su cumpleaños. Lo habían probado dos personas antes que él por lo que supuso que no estaba envenenado.
Hacía un balance de lo que había representado el año para él y su familia. Cinco de sus hijos habían muerto en enfrentamientos directos con los Morgan. La policía había comenzado a hacer preguntas y sus amigos jueces le advirtieron que no podían seguir protegiéndolo.
Theodor se había replegado en la tranquilidad de sus negocios que cada vez eran más cuantiosos, aunque todavía existía una empresa que te traía dolores de cabeza.
«Olimpia Zeratos».
Necesitaba alguien que pensara en ese directorio, alguien de mentalidad ágil y que no le temblara el pulso a la hora de actuar.
Dos golpes en la puerta fueron la respuesta que estaba buscando.
—Adelante.
—¿Me llamaste?
—Pasa, Mayka.
La mujer hermosa y letal, esa rosa escondida a la que nadie le había dado crédito había demostrado que valía oro para su organización. Recién salía del gimnasio, hubiera preferido darse una ducha y después presentarse ante el patriarca, pero le urgía verla.
Tenía en sus manos el celular y un pañuelo con el que había tenido sujeto el cabello. Las hebras húmedas caían en su cuello.
—¿Qué necesitas?—preguntó con impaciencia.
Theodor arqueó una ceja.
—En primer lugar, quiero felicitarte. Estoy honrado de que formes parte de esta familia y que hayas llevado los negocios de una manera tan íntegra.
—Hice lo que se esperaba de mí, ni más ni menos—respondió con seriedad.
—Nunca esperé nada de ti—confesó Theodor sin un mínimo cuidado de herir susceptibilidades—, siempre me pareciste una niña tonta que jugaba con armas.
—Pues te equivocaste.
—Sí, y lo acepto—respondió Theodor quien tenía los brazos apoyados en su sillón como una especie de trono para un rey.—Y voy a compensarlo a partir de este momento.
—Tú dirás.—Mayka se cruzó de piernas y esperó las palabras de su abuelo.
—Te nombraré mi representante en Olimpia Zeratos.
Mayka tragó saliva.
—Pensé que le darías ese puesto a Joseph o a Owen.
—A ambos los necesito en otros asuntos mientras los demás aprenden el juego ante la ausencia de los padres.
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Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18
RomantikHay una leyenda que los valientes susurran y los cobardes callan por temor a una muerte segura. La leyenda de un demonio que se enamoró de la fragilidad de una rosa, de su sonrisa cálida y el océano que se reflejaba en sus ojos. Un demonio incauto q...