—Hoy preparé carne de ternera con papas salteadas.
—¿Te he dicho que eres mi chef favorito?
—Me has dado muchos títulos en este último mes, profesor Morgan.
La voz melódica de Jesse, sin interrupciones, lo llenaba de orgullo. Habían pasado más de dos meses desde que vivían juntos, y London tenía tanta felicidad que no le entraba en el pecho. Las cosas poco a poco volvían a un equilibrio, al orden que London siempre tuvo en su vida. Una existencia tranquila, en donde los peligros de sus primos no los rozaban.
—¿A qué hora vas a llegar?
—Pasaré por la tienda de Mercia por un buen vino tinto.
—No te demores, profesor.
—Sabes que no, mi amor.
La comunicación cesó, y London observó el celular. Todavía le saltaba el pecho cuando Jesse lo llamaba. Las mariposas en el estómago seguían revoloteando de un lado a otro. Estaba enamorado, como jamás creyó posible.
London tuvo varias parejas a lo largo de su vida. A diferencia de Bryce y sus hermanos, la mayor parte de sus noviazgos fueron estables. Formaba parte de su esencia la búsqueda de paz y calma. Sus padres tenían un matrimonio sólido. Mercia, su hermana, diez años menor que él, tenía un novio desde hacía cinco años. Amaban la vida familiar.
Caminó hacia la tienda de vinos, donde se encontraba su hermana arreglando la estantería de muestras de los últimos vinos «boutique» que llegaron. El local era pequeño, pero contaba con muchos clientes y una gran variedad de vinos.
La contempló desde la puerta y entró.
—Quiero uno de esos, ¿sabes?
Mercia limpió el mostrador de madera con una gamuza y la dejó a un costado.
—Lo lamento, profesor, no gana lo suficiente para eso.
—Soy tu hermano, ¿no habrá descuento para mí?
—Tiene un novio millonario, pídale dinero a él.
London rio y ambos se estrecharon en un abrazo.
—Tienes el rostro helado.
—La temperatura ha bajado de repente y tengo poco abrigo —dijo el hombre mientras se frotaba las manos para calentarlas.
—¿Qué tal el trabajo?
—Todo bien. He tomado algunos exámenes.
—¿El niño bonito?
—En casa. Ha preparado cordero con papas.
—Lindo, amable y buen cocinero. ¿Quién dijo que la suerte no existe? —bromeó Mercia al tiempo que buscaba en la estantería del final uno de los vinos de colección que siempre llevaba London.
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Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18
RomanceHay una leyenda que los valientes susurran y los cobardes callan por temor a una muerte segura. La leyenda de un demonio que se enamoró de la fragilidad de una rosa, de su sonrisa cálida y el océano que se reflejaba en sus ojos. Un demonio incauto q...