19 Ataque 💖🔥

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El hijo no tiene la culpa de los pecados del padre

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El hijo no tiene la culpa de los pecados del padre. Sin embargo, ¿qué sucede cuando el hijo ha decidido seguir ese camino sin mirar atrás? ¿Sin contemplaciones o cargo de consciencia?

El sonido de los disparos era una melodía que me acompañaba desde siempre. Una música en la que me sumergía, dispuesta a bailar y entregarme. Una melodía con la que me transformaba. Y cuando eso pasaba, la mujer preciosa de inocentes ojos azules mutaba a la tigresa, a la asesina entrenada. La mujer que enfrentaba todo, Mayka Callum, se diluía como una sustancia que se arroja en el mar. Mi esencia se iba perdiendo paso a paso con cada bala, con cada muerte que dejaba a mi paso. La tigresa no fallaba, mientras que Mayka Callum solo era un ser humano.

***

«Los Callums tenemos sangre de dioses».

Mayka se preguntó si esa frase de su abuelo perseguía a todos como lo hacía con ella. Sudaba como una bestia a la cual están a punto de sacrificar. La camisa blanca se adhería a su piel. Ansiaba quitarse la chaqueta gris, el chaleco antibalas y esa maldita camisa y solo quedar con su camiseta blanca. Ser libre de ese peso, y estaba segura de que ya no se trataba únicamente de la ropa.

Jared miró su credencial y la acomodó.

«Karen Morning y Joffrey Powers».

Los nombres apestaban, pero al menos ambos podían usar sus armas sin que nadie sospechara. Dios, Jared se amaba, se felicitaba por su velocidad para conseguir cosas que los demás decían que era imposible. Para él la palabra «imposible» era suficiente para tener toda su atención.

—Recuerda, no los quiero muertos, solo quiero que fallen, ¿entiendes?

—Por supuesto, Caperucita —bromeó Jared, y observó el revuelo.

—¿Qué ha pasado aquí?

Se encontraron con el torbellino de personas que iban y venían y maldecían en todos los idiomas.

—¿Qué crees?

Mayka cerró los ojos.

—Son ellos.

—Deprisa, hay que llegar al piso doce. Toma las escaleras del lado este, y yo lo haré con las del lado oeste.

—Entendido.

Ambos corrieron a través de las escaleras. Su corazón agitado mientras algunas personas tomaban ese acceso para salir del edificio. No había revuelo por ningún suceso extraño, solo insultos por los problemas de los ascensores. Debía haber decenas de personas «varadas» en los pisos superiores. Mayka se acomodó el chaleco antibalas, se puso a un costado y sonrió frente a un hombre que iban con dos niños. Dio un suspiro. ¿Cuántos había como él?

Debía darse prisa. Jared era muy ágil. Tenía una reputación fundada, y ella, que daba sus primeros pasos, debía demostrar que estaba a la altura.

Siempre se trataba de eso, demostrarle al mundo que Mayka Callum era digna.

Sangre y Cenizas (bilogía SYC) Romance hetero y gay +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora