XI

11.5K 1.1K 170
                                    

El olor de las flores ocasionaba que despertara de un buen humor, ojalá pudiera conocer a la persona que me las regaló, estaba más que agradecido por el detalle.


—Ya tengo la cita médica, me vas a acompañar, ¿no?

—¿Debo?— claro que debía —¿A que hora es?

—A las diez de la mañana.

—Bien, pero no iremos solos, le diré al entrenador que nos acompañe.

—¿Por qué?— frunció el entrecejo.

—Para que esté al tanto de la situación.

—Podrías explicárselo.

—Es mejor oírlo directamente del doctor a correr la voz, podría explicarme mal y él no entendería.

—Si te preocupa que te haga algo no sucederá— se veía molesto y tal vez, ¿indignado? Era difícil saberlo con sus expresiones.

—No estoy diciendo eso— de inmediato mi voz reveló mi nerviosismo —Es solo que aun me resulta incómoda nuestra convivencia.

—Se habría evitado de no haber mezclado los sentimientos con el sexo.

Sonreí cabizbajo —Si, tiene razón, perdí mi tiempo sintiendo algo por usted cuando su única preocupación es si tendrá sexo el día de mañana o no, o si podrá tenerlo un día antes de su enfrentamiento— borré todo rastro de tristeza —Lo veo mañana, se lo haré saber al entrenador por si gusta acompañarnos.

Solo asintió en respuesta, creo que toqué una fibra sensible pues sus facciones se tornaron algo confusas, una mezcla de enojo y tristeza. Era lo mínimo que merecía por todo lo que me hizo pasar, así que deje que el sentimiento de culpa se desvaneciera, eso no significaba que ya no lo quisiera, muy al contrario mi sentir estaba más vivo que nunca, pero entendí que era vano sentir algo por él, tratar de influir en sus sentimientos era tiempo perdido, él me había demostrado que no cambiaría ni por él ni por mi.

—Entrenador.

—Ah, Dan, ¿qué ocurre?

—Jaekyung me comentó que ya tiene su cita médica, será mañana a las diez, ¿cree que pueda acompañarnos?

—Me gustaría, pero tengo que ir con los chicos a comprar algunas cosas para el gimnasio, hay que renovar algunas máquinas.

—Oh, esta bien, ya le informaré lo que dijo el doctor— sonreí.

—Muchas gracias, te lo encargo mucho— imitó mi sonrisa antes se retirarse.

Entonces, tendríamos que ir él y yo solos, sentí el aleteo de las mariposas en mi estómago recordé nuestro día a día yendo juntos en carro de un lado para otro, sonreí melancólico —¡Nos vemos chicos!

Todos me despidieron a excepción de uno no me preocupé y tampoco quería hacerlo, así estaba mejor, entre más rápido entendiera que ya no era el mismo de antes mejor, él se evitaba de disgustos y yo del sufrimiento. Salí del gimnasio pasando a comprar las cosas para la comida, fui en dirección al hospital, afortunadamente todo me quedaba de camino a la casa.

—¡Joven!

Una enfermera me alcanzó apenas entré al hospital —Dime.

—Le volvieron a dejar otro detalle, esta vez es pequeño, pero aquí está— se inclinó sobre la recepción sacando lo que parecía una caja de chocolates, era negra con los bordes dorados, bastante elegante para tratarse de unos chocolates.

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora