XX

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Durante toda la sesión estuvimos distanciados, pero no podía evitar notar las miradas que a veces me dedicaba me ponía tan nervioso que tenía que salir del estudio, fueron tantas las veces que ya no sabía que excusas dar.

—¿Quieres comer en algún sitio en especial?

—En cualquiera está bien— abroché mi cinturón.

—De acuerdo— se encogió de hombros y encendió el carro, condujo en silencio y yo solo miraba por la ventana el pasar de los edificios hasta que nos detuvimos —Llegamos— anunció saliendo del coche, suspiré y también bajé, me ofreció su mano y la acepté, recuerdo haber visto este restaurante antes. Entramos y pedimos una mesa para dos, la mesera nos guió hasta la mesa dejándonos las cartas.

—Cuando gusten ordenar pueden llamarme— sonrió antes de irse, agradecimos al unísono y abrimos las cartas, ya no sé por qué me sorprendía de los precios, Jaekyung siempre comía en lugares extravagantes.

—Pide lo que quieras.

—Ah, sí, gracias— sonreí con nerviosismo y me adentré más en la carta.

Cuando ordenamos se me quedó mirando fijamente la presión era tanta que ya no sabía dónde ocultarme —¿Qué pasa?

—Hace un rato quisiste decirme algo, ¿qué era?

—Ya no recuerdo que era— bajé la mirada, claro que lo hacía, pero ya no me sentía motivado. Era tan ridículo.

—Sé que lo haces, así que dímelo.

—Mmm...— desvié la mirada —Es respecto a nosotros.

—Te escucho.

—Hemos estado distantes por poco más de mes y medio, y bueno tal como se lo prometí he estado pensando en sobre darnos una oportunidad...— pude notar como el ánimo brillaba en su mirada —Hemos pasado por mucho y bueno, usted fue mi primera vez en todo, mi primer beso, mi primera vez y mi primer amor... Dicen que este último es el más difícil de olvidar y soy testigo de ello, por más que he tratado no consigo olvidarme de usted y usted me lo hace más difícil— sonreí —Confesándome que me quiere, teniendo esos detalles como aquellos conejos muertos en mi puerta —El rubor pintó sus mejillas —Son cosas que poco a poco han influenciado en como lo veo y solo me han corroborado que aún lo quiero... Con todo esto lo que quiero decirle es que me gustaría que lo intentemos, empezar de cero, juntos.

—Te prometo que no te vas a arrepentir de darme esta oportunidad— tomó mi mano —Aunque esto me corresponde a mi— se aclaró la garganta —Dan, ¿me harías el honor de ser quien te acompañe en tu vida?, ¿de ser digno de tener a alguien como tú a su lado?

El calor subió a mi rostro que me hablara de esa manera siempre me ponía nervioso, sonreí y asentí —Le concedo ese honor— seguí su juego.

Soltó un par de risillas —Muchas gracias— asestó un pequeño beso en el dorso de mi mano —No sabes cuan feliz me has hecho con esto, contaba los días en que por fin te decidieras en darme esta oportunidad.

—¿Y si hubiese demorado más en aceptar?

—Entonces seguiría esperando— sonrió acariciando los falanges de mi mano —Hasta hacerme viejito si es necesario.

—Que cosas dice...— miré a otro lado.

—¿Piensas seguir con los formalismos? Ya somos una pareja tienes que tutearme.

—No sé si pueda.

—Inténtalo, con el tiempo verás que no es tan difícil.

—Eso haré, me tomará mi tiempo, pero creo que podré hacerlo— sonreí, justo llegó la mesera dejando los platos en su sitio correspondiente.

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora