Melodía de luna llena (Jinx)

XXXIII

—Reagende la entrevista para dentro de dos semanas.

—Pero, para entonces ya será tu pelea— mencioné preocupado, apoyando los palillos en el bol.

—Para el día siguiente, por supuesto.

—Ah... Aun así, ¿no sería contraproducente?

—Bueno, de serlo ya no importa, al menos habré recalcado que sigo siendo el campeón— sonrió mientras cortaba un pedazo de carne.

—Y respecto a tu ritual...

—Tengo la idea de que ya no es necesario.

—¿Estás seguro?

—De todas maneras, no puedo hacer nada al respecto y no pienso forzarte.

—No quiero que pierdas la pelea por mi culpa...

—No voy a perder, ¿oíste? Esta será la prueba de que mis habilidades son suficientes y ya no necesito ese maldito ritual.

Sonreí tranquilo — Entonces está bien, yo estaré ahí apoyándote.

—Y con eso me basta— tomó mi mano estrechándola con fuerza.

》♪《

—Jaekyung... — mordí mi labio inferior.

—Lo siento, no puedo ignorar el hecho de que te está creciendo el pecho— masajeo con suavidad.

—Es normal... Tengo que producir leche para nuestro bebé... — miraba maravillado a la par que sus manos continuaban presionando y sujetando mis pezones, a pesar de que su tacto era gentil la sensación estaba triplicada, temblaba con cada roce y mi piel se erizaba ante el cosquilleo —Tenemos que dormir... Mañana es tu enfrentamiento.

—Solo un poco más— murmuro inclinándose para repartir besos por todo mi pecho, deslizó su lengua por encima de uno de mis pezones, reprimí sin éxito un gemido.

—N-no hagas eso— jadeé aferrándome a sus hombros, su saliva era caliente y cuando una pequeña ráfaga de viento me acarició volví a encorvarme, la sensibilidad era increíble.

—Ah, carajo... — se incorporó relamiendo sus labios, su mirada me recorrió de arriba a abajo devorándome, me encogí en mi sitio ante la idea —Eres jodidamente erótico, Dan, tan sólo mira cómo me pones con oír tu voz.

Bajé mi mirada, de su pants resaltaba un bulto toda su dureza se marcaba y en la punta se veía una mancha más oscura, lubricante, supuse, tragué en seco desviando la mirada, mis mejillas ya ardían. —Es algo que no puedo evitar, tú lo provocas...

—Y eso es lo mejor— sonrió lascivo, aunque creo que pronto recordó que no podíamos intimar —Iré al baño— anunció frustrado, bajando de la cama y yéndose en silencio.

Rei ante su actitud y me acomodé mis ropas, solo había logrado ponerme sensible, incluso la playera por más delgada que fuera me seguía resultando incómoda, me mantuve despierto en lo que salía del baño, y cabe recalcar que tardó demasiado.

Salió aún con una expresión seria, aunque recuperó su sonrisa cuando sus ojos me encontraron.

—¿Todo bien? — pregunté curioso.

—Esto es un fastidio— comentó acostándose a mi lado, abrazó mi cintura —Tocarte y no poder hacerte mío es una tortura.

—Y así quieres tener más hijos— reí peinando su cabello —Cuando nazca, ni siquiera podrás tocarme.

—Ya sé, pero claro que te robare de nuestro hijo de vez en cuando.

Me hice a la idea de que pronto tendría a dos niños en casa que cuidar y uno del cual cuidarme —Cuando nuestro hijo o hija crezca tal vez.