XXIII

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El calor del sol comenzó a quemar mi piel, me removí con limitaciones abrí con cuidado mis ojos algo me abrazaba con fuerza, caí en cuenta recordando lo que había pasado, Jaekyung me estaba abrazando, sonreí y acaricié sus brazos con suavidad, era la primera vez que amanecíamos juntos luego de aquel día en que separamos nuestros caminos, me volví a acostar.

—Buenos días.

—Estaba despierto... — lo mire de reojo, hizo contacto por unos segundos y volvió a enterrar su rostro en mi cuello.

—¿Vuelves a hablarme de usted?

—Ayer me dejé llevar, me resulta difícil hablarle de "tú" ahora que soy consciente...

—Ah, creí que por fin habíamos roto ese muro.

—Lo siento... Seguiré esforzándome.

—Con eso me basta— dio un par de besos en mi hombro, inspire con profundidad disfrutando de sus caricias y calor.

—Siento haberlo despertado...

—No importa, sabes que tengo el sueño ligero— inhaló con profundidad, solté un poco mi aroma para darle gusto, sus brazos me ajustaron —No sabes cuánto esperé para poder despertar así contigo...

—¿Lo hizo? — me ruborice, ¿no había sido el único en desearlo?

—Sí, y es la mejor sensación que se pueda tener— mordió con suavidad mi hombro, sus dígitos acariciaron mi abdomen en un vaivén gentil. Aunque comenzó a descender, llevé mi mano a detener su camino.

—T-tenemos que ir al gimnasio...

—Hay tiempo... Además, entenderán si llegamos tarde— sentí la picardía en su voz.

—Pero...— tense mi cuerpo cuando deslizó el bóxer —Jaekyung— intente zafarme, pero sólo logré que me aferrara más, comenzó a frotarse contra mis glúteos.

—Será rápido— susurro repartiendo besos por todo mi cuello, jadee ante la calidez de su lengua, su miembro chocó contra mi trasero, ya estaba húmedo y por demás erecto.

—N-no... No estoy preparado— gimotee enterrando mis uñas en sus antebrazos.

—¿Bromeas? — me arrancó un grito cuando entró de un movimiento —Me recibes con tanta familiaridad— comenzó a embestirme.

—¡Ah!... Haa, J-Jaekyung, espere...— arañe el brazo que me mantenía inmóvil, aún estaba sensible pese al tiempo que había pasado.

—Despertaras a tus vecinos— murmuro entre jadeos cubriendo mi boca, forzándome a respirar por la nariz, fue una tortura el que me estuviera embistiendo con tanto ímpetu.

Con esfuerzo logré quitar su mano, el aire llenó mis pulmones, aunque pronto me vi interrumpido por las estocadas, su miembro se deslizaba con gusto encajábamos a la perfección. Sostuvo mi cuello alzando mi rostro teniendo así libre acceso a mi piel, enterró sus falanges en mi cadera ingresando con más fuerza, busqué con desespero un soporte ante el ajetreo. Hincó sus dientes en el mismo sitio que la noche anterior penetrándome con fuerza, perdí el aliento, de nuevo la esencia caliente llenó mi interior.

Se apartó sacando su miembro al terminar, retiró las sábanas y observó la escena, su diestra separó mis glúteos —Eres jodidamente caliente...— adentró su pulgar.

—Jaekyung...— abracé la almohada con vergüenza, su pulgar jugueteaba en mi interior.

—Vayamos a bañarnos.

Una palmada en mi trasero escoció mi piel, me pare de inmediato antes de que ocurriese algo más, aunque fue en vano, tardamos más de una hora en la ducha «aprovechando la situación» según él.

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora