XIII

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—¿Por qué está tan alejada la mesa de los demás?

—No quiero que hayan chismoso y nos interrumpan.

Miré hacia mis espaldas las pocas personas que habían desaparecieron al cruzar el umbral, tomé asiento frente a Jaekyung me sentía tan nervioso, recibí la carta y casi me atraganto con mi saliva cuando vi los precios, no tenía fachada de ser un restaurante lujoso —¿Desean ordenar?

—Claro.

Cuando terminamos de ordenar el mesero salió con las cartas en mano, había pedido lo más barato que vi, además de que habían varios platillos que desconocía.

—¿Qué sueles hacer en tus días libres?

—¿Eh?— lo miré confundido hasta que procese la pregunta —Ah, suelo visitar a mi abuela por la mañana y en la tarde me dedico a hacer limpieza en casa, a veces veo series o películas y algunas veces telenovelas.

—¿Te gustan esas cosas?

—Las telenovelas las veía de pequeño junto a mi abuela, se me hizo un hábito, hay algunas que valen la pena verlas— sonreí tomando un sorbo de agua.

—Yo no les veo sentido.

—Como dije hay algunas que son buenas, solo es cuestión de buscar, así como las series hay algunas que lo valen y otras no tanto.

Rió en respuesta —Supongo que tienes razón, ¿no sueles salir?

—A veces, voy a dar una caminata al parque o a cualquier lugar.

—Ya veo... Ve pensando que hacer en mis próximos días de descanso.

—¿Eh? Creí que solo sería por hoy...

—¿Planeas dejarme descuidado los demás días?

—Jaekyung, yo ya le di las advertencias si sigue exigiéndose demasiado, ya no es un niño para que lo esté cuidando...

—Pero si es tu responsabilidad.

—Le recuerdo que ya no trabajo para usted... También es su responsabilidad cuidar su salud, usted sabrá si sigue las instrucciones o no— mire la sorpresa en su rostro, ¿me había pasado? —C-claro que también estoy para apoyarlo... Pero también debe poner de su parte.

—Como sea— se dejó caer en el respaldo, antes de que se creara un silencio abrumador llegó el mesero con las bebidas.

—En un momento más les traigo sus platillos.

—Gracias— observé la limonada, estaba decorada con una rodaja de limón y unas cuantas más en su interior —¿Usted tomará solo agua?— pregunte en cuanto vi su vaso.

—Si, la azúcar son calorías y bueno no hay otra cosa para beber que no contenga azúcar.

—Pero la limonada no está dulce... Está muy bien. Me arrebató el vaso dando un sorbo en el mismo sitio donde yo había tomado —No tenía que tomarle en el mismo lugar.

—Dan, he probado esto y más.

El calor subió hasta mi rostro, mis mejillas se encendieron —A-aún así...— busqué donde ocultar mi cara.

—Tal vez pida una— volvió a dejar mi vaso frente a mi.

—S-si... Debería...

Lejos de eso la comida transcurrió de manera tranquila, en completo silencio, solo el ruido de los cubiertos chocar con los platos lo interrumpía.

—Muchas gracias, por la comida.

—No es nada...— apagó el motor frente a mi casa, se quitaron los seguros —Piensa que haremos en mi próximo día de descanso.

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora