XXII

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—Jaekyung...— enrede mis dedos entre su cabello, a pesar de la ferocidad con la que me estaba tomando notaba cierta gentileza en sus toques, me delineaba con detenimiento y a veces se quedaba admirando lo que causaba en mí, un sonrojo teñía mis mejillas.

—Eres hermoso...— pero ese comentario en especial tocó fondo, mi corazón latió con fuerza, cubrí mi rostro con ambas manos.

—No diga eso...— murmure sintiendo como retiraba mis manos con suavidad colocándolas a mi costado.

—Déjame admirarte de pies a cabeza— descendió sus manos desde mi pecho hasta mis caderas, el deseo y la pasión denotaba en su mirada, me hizo sentir tan bien el poder provocar tanto en él. Volvió a repartir besos sobre mi pecho, gemí cuando deslizó su lengua sobre uno de mis pezones, era una sensación extraña y placentera a su vez, succionaba y mordía con furor, yo solo podía frotarme contra sus caricias.

Bajó el camino de besos y mordidas por todo mi abdomen causándome un millón de sensaciones, cosquilleo y éxtasis, el toque húmedo y caliente de sus labios me volvía loco, solo quería que me tocara más, con el deseo que mostraba, beso mis muslos y pantorrillas volviendo a subir a mi entrepierna —¡N-no haga eso!— mordí mi labio cuando su cavidad bucal envolvió mi miembro una sensación caliente y acuosa, hizo caso omiso a mis reproches y muy al contrario comenzó un vaivén tortuoso, su lengua acariciaba el contorno de mi longitud haciéndome imposible mantener mi boca cerrada, solo sonidos lascivos llenaban la habitación. —Ah... Haa, Jaekyung...— llevé mi diestra hasta su cabellera —B-basta— tiré de unos mechones cosa que no pareció importarle pues volvió a engullir mi dureza logré sentir un cosquilleo —¡Jaekyung...! — arquee mi espalda mi esencia salió disparada, abrí los ojos con sorpresa cuando la adrenalina pasó, Jaekyung se estaba limpiando las comisuras.

—Te contuviste bastante— sonrió con sorna, mis mejillas se encendieron.

—L-lo siento— me incorporé —Y-yo no quería...

—Tranquilo, Dan— su mirada se suavizó regaló un beso en mi comisura, rodeó mi cintura volviéndome a acostar sus besos remarcaron los anteriores, se colocó entre mis piernas acariciando mis muslos y dando suaves apretones subió hasta mis glúteos donde de igual manera los masajeo con destreza, se apartó llevando dos de sus dedos a su boca, me preparé para recibirlo, a pesar de ya estar lubricado. Me abracé a su cuello cuando sus dígitos rozaron mi entrada, separe aún más mis piernas, eché la cabeza hacia atrás emitiendo un grito que desgarró mi garganta «Shh» beso mis mejillas cuando un par de lágrimas las bañaron, busqué sus labios con desesperación y acudió a mi llamado, un beso lento al igual que su penetración solo eran sus dedos y aun así sentí que moriría, cada gemido moría en sus labios, rasguñe su espalda buscando un soporte ante el ajetreo. Sus dedos recorrían con familiaridad mi interior expandiéndolo con la misma destreza elevando el éxtasis en mi sangre, se apartó a pesar de que mis brazos lucharon por mantenerlo cerca miro con detenimiento como sus falanges se adentraban en mi —También me extrañabas por lo que veo...

Su voz burlesca me avergonzó, sí, mi cuerpo había extrañado tanto sus caricias, sus manos, su voz, su aroma, su mera presencia era esencial —Cállate...— murmure mirando a otro sitio.

—Ah, buen momento para tutearme...— sonrió sacando sus dedos dejando un hormigueo en mi interior —Creo que es suficiente, también te extraño— tomó su dureza con su diestra, tragué en seco, había olvidado su longitud, jaló mis caderas acomodándola a su altura su glande rozó mi entrada, apreté las sábanas con fuerza y ejerció presión adentrándose con trabajo.

—¡E-espera...duele...! — exclame mirándolo con los ojos vidriosos, algo se hinchó en mi interior, ¿era humanamente posible?

—Carajo... No me mires así— un rubor pintaba sus mejillas —Te ves tan frágil que me dan ganas de romperte... — entró de un movimiento robándome el aliento, mi interior punzaba y ardía ante la intromisión, las lágrimas desbordaron al igual que mi saliva, comencé a jadear cuando el aire regresó a mí. —Respira, cariño— limpió mis comisuras, aquel "cariño" no compensó ni un mínimo el dolor, mucho menos cuando comenzó a moverse, había pasado tanto tiempo que olvide como se sentía tenerlo dentro de mí, sentir como llenaba mi interior y golpeaba con fuerza aquel punto, me alzó sosteniendo mi cadera al aire, sus falanges apretaron mi cintura tomando impulso para penetrarme, gemí con dulzura cuando golpeo la entrada de mi útero.

—J-Jaekyung...— cuando estuve a punto de decirle que no me anudara aumentó su cadencia, tragué todas mis palabras solo para reemplazarlas por gemidos y gritos llenos de placer con una respiración agitada.

—Dan— me llamó agitado mordiendo su labio inferior, me alzó haciendo que me abrazara a su espalda, con brazos y piernas me aferre con fuerza, su aroma era fuerte su respiración era agitada y los suaves gemidos que soltaba eran espléndidos, oírlo así de agitado me nublaba el juicio.

—¡Ah... J-Jaekyung más...Más lento! — gimotee con suplica, ni siquiera podía abrazarme a él porque sus embestidas eran bestiales, mi cuerpo se sacudía con ímpetu y mi interior cosquilleaba con cada embestida, el dolor resultaba placentero, mis glúteos ardían ante el choque de nuestras pieles, todo mi cuerpo temblaba por el éxtasis. El aire siseo entre sus dientes, enterré mis uñas donde pude cuando el dolor agudo me aviso que había ingresado a mi útero, comenzó a penetrarlo con rudeza y aunque era doloroso lograba disfrutarlo.

—Dan... — mi nombre se oía tan bien de su voz agitada, logré apartarme sosteniéndome de sus hombros, sus manos ascendieron por mi espalda, el sudor perlaba su frente, el rubor en sus mejillas y su respiración entrecortada, se veía tan sexy, arqueé mi espalda cuando penetró el útero con rudeza descansando en ese sitio, su longitud comenzó a inflamarse.

—Jaekyung...— me alerte, esta vez no se había colocado condón —S-sácalo— intenté moverme, pero el dolor me recordó que no podría hacerlo hasta que terminara de eyacular.

—Tranquilo— beso mi rostro repetidas veces, me abracé con fuerza jadeando al sentir su caliente semilla llenar mi interior «Shh» volvió a decir acariciando mi cabello su aroma me envolvió haciendo más amena la molestia, era una sensación espléndida pese a lo repentino, la calidez de su esencia confortaba mi palpitante interior, mi vientre comenzó a abultarse.

Al paso de unos minutos la inflamación descendió me dejó caer con cuidado sobre el colchón, salió de mi interior y con ello el semen que desbordaba en exceso, se recostó a mi lado —Ven— tiró de mi mano y me coloque con cuidado sobre de él, mis piernas temblorosas descansaron a cada lado de su cadera, me acosté sobre su pecho, acarició con gentileza mi cabello, ¿cuánto había estado deseando que fuese así de meloso? Cerré mis ojos con tranquilidad disfrutando de su tacto, sus caricias bajaron por mi espalda recorriendo mi columna, un escalofrío me sacudió cuando su mano llegó hasta mis glúteos, dos de sus dígitos acariciaron mi entrada, escuché como su corazón se aceleró —Estás tan lleno...— jadeó ingresando sus dedos, clave mis uñas en sus pectorales.

—J-Jaekyung...— suplique con la mirada, no creía poder resistir otra ronda, sus dedos se movieron de manera que el semen comenzó a salir recorriendo mis muslos.

—Mira cómo me pones con solo llamarme— su glande saludó de nueva cuenta mi entrada, me estremecí cuando presionó entrando con facilidad, mi corazón al igual que el suyo se aceleró, me alcé por inercia recibiéndolo con gusto, gemí cuando terminó de entrar, aún me hallaba sensible por mi recientemente orgasmo. Me sujetó con fuerza de mi cadera y comenzó a embestirme, arqueé mi espalda sintiendo como llegaba aún más lejos que antes, apoyé mis manos sobre sus piernas, su virilidad volvió a agrandarse, subió sus manos acariciando mi abdomen —Te ves tan sexy...— murmuro con una sonrisa lasciva.

—N-no digas eso...— clave mis uñas en sus muslos, mis piernas temblaban ante el brincoteo mi único apoyo eran mis manos —Ah... J-Jaekyung... Es demasiado— gimotee con el poco aliento que me quedaba.

—Lo estás haciendo bien, cariño...— aumentó la rudeza de sus embestidas haciéndome perder el equilibrio, me atrajo hacia él abrazándome con fuerza, tiró de mi cabello hacia atrás teniendo libre acceso a mi cuello, repartió besos por toda la extensión, mi respiración era entrecortada más ahora por la posición.

—Ngh... J-Jaekyung— murmure con agitación, mi cuerpo se sacudía al compás de las embestidas, su dureza golpeaba mi interior con fuerza como si quisiese romper algo —M-me vengo...— advertí cuando sentí el cosquilleo en mi vientre, me soltó dedicándose a penetrarme con más ímpetu, la sensación aumentó haciéndome imposible el reprimirlo más, grité su nombre cuando entró en mi útero, mi esencia salió eyectada, clavó sus colmillos en la curvatura de mi cuello y hombro. El caliente líquido carmesí recorrió mi cuello, se apartó con aquella mirada dorada, feroz e intimidante, las comisuras de sus labios brillaban de aquel carmesí.

—Te quiero... Dan— sonreí pese a lo desastroso que lucía, era de ensueño todo esto.

—Yo también, Jaekyung— unimos nuestros labios el sabor a hierro predominaba en su saliva, mi interior volvió a ser llenado. 

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora