XIV

8.7K 915 61
                                    

El suave sonido de la lluvia era una melodía tranquilizante, las hojas de los árboles se sacudían con fuerza ante la caída de las gotas, algunas cedían al peso y terminaban desprendiéndose, una helada ventisca me golpeó direccionándome a un campo abierto, donde algo en el centro parecía brillar, curioso camine contra la lluvia un resplandeciente conjunto de narcisos azules repelían el agua con su gran fulgor, me hinque y los tomé entre mis manos, otra ventisca desprendió algunos de sus pétalos curiosamente me rodearon en un pequeño remolino para después desvanecerse en el aire. Pero un pequeño pétalo descansó sobre mi vientre, lo tomé entre mis dígitos, era terso y carnoso, una sensación hizo vibrar mi cuerpo.

Abrí los ojos con sorpresa, miré con confusión a mi alrededor, ¿había sido un sueño?

—¿Estas bien? — me pregunto Jaekyung aún somnoliento.

—Ah... Si, solo tuve un sueño— volví a acomodarme entre sus brazos.

—¿Una pesadilla?

—No... Fue bastante lindo a decir verdad...— sonreí al recordarlo, la sensación que me creo cuando los pétalos me rodearon fue tan gentil, como la caricia de la más fina tela, confortante y electrizante.

—Bueno, entonces no hay de que alarmarse— volvió a abrazarme —Volvamos a dormir.

—Si— acaricie sus brazos hasta quedarme dormido, había sido difícil pues aquel sueño no salía de mi cabeza.

El ajetreo volvió a despertarme, esta vez la luz del sol ya se colaba por los ventanales, palpe mi costado Jaekyung ya no estaba.


—Buenos días.

—Ah, ¿se va temprano al gimnasio? — me incorporé descansando en la cabecera.

—Quedé de hacer sparring con Yosep— cerró su maleta —¿Quieres venir?

Negué con suavidad —No me siento muy bien, dormiré otro rato y luego iré a ver a mi abuela.

—¿Estas bien?, ¿quieres que llame al médico o que me quede contigo?

—Tranquilo— sonreí conmovido por su preocupación —Seguro me cayó algo mal en la cena.

—¿Seguro?

—Sí, váyase tranquilo.

—Bien, pero si se te ofrece algo llámame, ¿de acuerdo? — se sentó en la orilla de la cama palpando mi frente —Al menos no tienes fiebre.

—Le dije que no es nada de qué preocuparse, seguro se me pasa en un rato— acaricié su mano dejándola sobre mi regazo —Se le hará tarde.

—Ya sé— blanqueó los ojos —Si puedo te alcanzo en el hospital o ya en tu casa, para ver como sigues.

Asentí volviendo a acomodarme, me abrazó con fuerza enterrando su rostro en mi cuello —Te has vuelto dulce— murmuro frotando su nariz contra mi piel causándome cosquillas —Me encanta...

Un rubor atacó mi rostro —¿En serio? — libere un poco más mi aroma, sí, había cierto dulzor en el, me resultaba confortante.

—Me torturas— refutó alejándose —Sabes que me tengo que ir y liberas tu aroma.

—Solo quería ver si era cierto...— suspiró acunando mi rostro.

—Duérmete— beso mis labios y seguido mi frente —Te quiero.

Sonreí ruborizado —Yo también— devolví el beso dejándome caer de nuevo en la cama. Me dedico una última sonrisa antes de salir de la habitación, me cubrí con la sabana y traté de conciliar el sueño.

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora