Melodía de luna llena (Jinx)

XVI

Los días transcurrieron con normalidad, aunque era innegable el hecho de que el ambiente en el gimnasio era por demás pesado, era tan sofocante que tenía que estarme tomando respiros cada tanto tiempo porque me asfixiaba, agregando la mirada penetrante de Jaekyung, sentía que cualquier error lo haría explotar, incluso los demás chicos marcaron su distancia ante el peligro que se sentía al acercarse.

Habían terminado todos de entrenar y esperaban impacientes a que Jaekyung terminara de ducharse, estaba tardando más de lo normal «¿Qué tanto hace?» escuché a uno de ellos preguntarle al otro «Shh, no digas nada y solo espera» le respondió. Finalmente se vio a Jaekyung salir de las regaderas, con una toalla enredada a su cintura caminó a casilleros, me dedicó una mirada antes de ingresar, un ligero rubor pintaba mis mejillas. Dios, hacía mucho que no lo veía desnudo tal vez había pasado tiempo pero note que había ganado más masa muscular, en su espalda se marcaban sus músculos y sus brazos... Cubrí mi rostro, ¿en qué estaba pensando?

A los pocos minutos salió ya con sus cosas en mano, una fragancia que reconocí al instante me sorprendió, era la colonia que se supone tuvo que haberle llegado a Heesung, estuve a punto de preguntarle cuando Daehyun llegó agitado a mi lado. —Alguien lo está esperando afuera, Doc.

—¿A mi?— confundido salí del gimnasio sonreí cuando reconocí el coche —Heesung, ¿qué haces aquí?— una resplandeciente sonrisa iluminó su rostro.

—Lamento haberme tomado el atrevimiento de venir por ti... Tiene algunos días que no nos hemos visto y bueno...— sus mejillas se tornaron coloradas —Ya sabes... Extrañaba verte.

—Solamente no nos vimos ayer...— reí enternecido —Antier nos vimos en el hospital, ¿no recuerdas?

—¿En serio?... Yo lo sentí como una eternidad— acarició su nuca —Traje esto para ti— se metió por la ventana del copiloto y sacó un ramo de tulipanes rojos.

Mi rostro enrojeció, sabía que algunos de los chicos me había seguido para ver de quien se trataba, mire con sutileza a mis espaldas, ahí estaban algunos de ellos y Jaekyung al fondo mirando desde la distancia, trague en seco —Muchas gracias— finalmente tomé el ramo —Está muy lindo.

—Me alegro que te guste... Amm tengo libre un par de horas, ¿quieres ir a dar una vuelta? Conozco una plaza por aquí cerca.

—Claro, pero, ¿seguro que no te necesitan en tu trabajo?

—Muy seguro.

Lo analice buscando un atisbo de mentira, solté un par de risillas —Está bien, voy por mis cosas y vuelvo.

—Aquí te espero.

Le devolví el ramo para que lo dejara en el asiento, entré al gimnasio escuchando a mis espaldas algunos cuchicheos, los ignore yendo directamente por mis cosas, hice de cuenta que tampoco me percaté de la mirada asesina de Jaekyung, incluso logré percibir que venía hacia mi, me apresure en meter mis cosas en mi bolso. —Nos vemos chicos— dije saliendo del edificio.

«¡Suerte en su cita, Doc.!» logré escuchar a uno de ellos, bajé la mirada avergonzado y entré al auto en cuanto Heesung me abrió la puerta. Me abroche el cinturón y mantuve la vista fija en el tablero, percibí de reojo todavía a algunos mirones.

—¿Estas bien?

—S-si...

—A fin de cuentas si es una cita— sonrió arrancando el auto.

—L-lo sé, pero aún no planeaba que se enteraran los del gimnasio...

—Tarde o temprano lo harían... Aunque si te molesta que venga por ti ya no lo haré más.

—No, ya está hecho— apreté el cinturón entre mis puños, detestaba ser el centro de atención y ahora no me quitaría de encima a los chicos del gimnasio.

》♪《

—Mira esto, apuesto a que va bien contigo— apareció frente mío con una playera color mamey.

—Ah, no lo creo, no suelo usar colores tan vividos...

—Entonces, ¿qué tal esto?— sacó una de color blanco —Te veo con blanco la mayoría de las veces y te miras bien.

—Heesung... No es necesario.

—Quiero comprarte algo dame el gusto.

—Es que no tienes que hacerlo... Con las flores que me has dado es suficiente— coloqué las playeras de nuevo en su sitio.

—Pero...

—Mira, iré a ver y si me gusta algo te aviso, ¿si?— el ánimo regresó a su rostro.