XXIX

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—Heesung, no tienes que llevarme.

—No tengo problema de verdad.

Mi bolsillo vibró —Jaekyung, hola— aproveché para alejarme despidiéndome con un ademán de mi abuela.

«Dan, ¿ya vienes?»

—Justo estoy saliendo, ¿por qué?

«Quiero contarte algo, ¿voy por ti?»

—No te preocupes ya tomaré un taxi— sonreí al teléfono, ¿que sería aquello que tenía por contarme? Estire mi mano deteniendo un auto.

«Entonces, te espero aquí en el gimnasio» podía ser mi imaginación, pero juraría que había cierta energía en su voz.

—Claro, te veo ahorita— colgué y subí al taxi, indiqué el sitio y condujo con calma hasta allá, palpe mis costados, ¿y mi bolso?, estaba tan presionado en querer salir que ni siquiera me cerciore de que traía todo conmigo. Al menos traía mi cartera, ya pasaría después al hospital para recogerlo.

Llegamos y pagué lo indicado, bajé del coche dispuesto a entrar al gimnasio cuando la bocina de un auto detuvo mi andar, lo reconocí al instante —¡Dan! Olvidaste tu bolso— anunció Heesung saliendo de su auto, traía el bolso colgando en su hombro.

—Ah, no era necesario que me lo trajeras, igual iba a pasar en un rato por él.

—Desconocía si traías algo importante así que mejor decidí alcanzarte— se acercó entregándome mi pertenencia —Y tampoco nos despedimos bien— sonrió.

—Para un simple adiós le pones mucha importancia— reí colocándome el bolso sobre el hombro.

—Escucharlo de ti es lo que lo hace especial.

—Bueno— respondí nervioso —Nos vemos luego y gracias por traerme mi bolso.

—No es nada— se encogió de hombros —Dan... — gire sobre mi eje viéndome interrumpido cuando sus labios chocaron contra los míos, parpadee perplejo y pronto comencé a forcejear, aseste varios golpes en su pecho y empujones, pero nada parecía funcionar simplemente no lograba alejarme, lo que me pareció casi un rugido viajó desde mis espaldas hasta al frente de mi cuando algo negro oscureció mi panorama me liberé de inmediato y sin darme tiempo a procesar lo ocurrido el ajetreo a mi lado me alertó, ahí estaba Jaekyung sobre Heesung asentándole golpes sin parar, la bestialidad con que lo atacaba era tan sobrenatural, es como si su lobo fuera quien estuviese peleando.

Los vellos de mi piel se erizaron —¡Jaekyung, basta! — un vacío pinchó mi estómago, mis extremidades comenzaron a temblar, mi voz se mantenía atorada en mi garganta ni siquiera podía pedir ayuda, pronto Heesung también metió las manos y comenzó a contraatacar los golpes, aunque era vano pues Jaekyung sabía perfectamente donde cubrirse —Basta... — caminé como pude hacia ellos.

—¡Dan, no te acerques! — la aparición de Yosep regresó mi alma al cuerpo, todos los chicos salieron detrás de él. —Basta— ordenó apartando a Heesung de un empujón de inmediato se interpuso entre ellos, conteniendo a Jaekyung de los brazos, retrocedieron a trompicones.

—¡Da gracias que no te maté imbécil! — alcanzó a decir mientras forcejeaba contra el agarre de Yosep. Heesung todavía se estaba recuperando, limpiando la sangre que había brotado de su boca y una cortada en su ceja, todo lo contrario a Jaekyung quien apenas tenía unos roces, eran más la manchas por el polvo de la calle que de los golpes que le habían lanzado.

—Jaekyung... — corrí hacia él cuando estuvo más tranquilo, sin embargo, no me dejó acercarme, su rostro era indescriptible, la ira era tanta que sus facciones no eran suficientes para expresarla. El brillo dorado en sus ojos incluso era diferente, retrocedí por instinto, seguramente estuvo a nada de transformarse. 

Melodía de luna llena (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora