Parte IV, Capítulo 15

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Se despidió de Tom dos horas después, su padre aún no había vuelto y veía a Tom cansado. Insistió en acompañarle pero Tom se negó y llamó un taxi, prometiendo llamarle nada más llegar. Y así lo hizo, estuvieron hablando media hora hasta que le escuchó bostezar. Enseguida se preocupó por él, tal vez el viaje había cansado su corazón más de lo necesario, pero Tom le prometió que no era así.

Le dejó irse a dormir, a lo lejos escuchó la voz de Gustav y Kate invitándole a la pizza que acababan de pedir. Suspiró al pensar que quedaba en buenas manos y tras despedirse de Tom con un beso colgó el móvil y se levantó. Estaba anocheciendo y su padre aún no había aparecido por el restaurante, así que decidió bajar a echar una mano.

Había camareros de sobra pero aún así ocupó su sitio tras la barra y estuvo trabajando una hora hasta que la campanilla de la puerta anunció la llegada de nuevos clientes. Alzó la cabeza y se quedó de piedra al ver a su padre al lado de una espectacular morena. No aparentaba los 40 como le dijo Andreas, y su padre estaba radiante de felicidad.

Se quedó donde estaba sin saber qué hacer, su padre y la mujer hablaban y reían entre ellos hasta que llegaron a la barra y recayeron en su presencia.

— ¡Bill!—llamó Gordon sonriendo.

Rodeó la barra y saludó a su padre con un abrazo, preparándose para conocer a esa mujer que tan bien había congeniado con su padre.

—Perdona que no estuviera para recibirte, pero Leslie y yo estuvimos hablando y se nos fue el santo al cielo—explicó Gordon algo avergonzado.

—No pasa nada—murmuró Bill sonriendo.

—Os presento. Leslie, él es mi hijo, Bill—dijo Gordon cogiendo a Leslie de la cintura.

—Encantada de conocerte—saludó Leslie tendiéndole una mano—Tu padre me ha hablado mucho de ti.

Bill estrechó la mano de Leslie sin saber que decir, ¿habían pasado dos días juntos hablando de él?

—Un placer—repitió Leslie—Creo que ya te he robado bastante a tu padre, será mejor que me vaya ya.

— ¿No te quieres quedar a cenar?—preguntó Gordon.

—Llevas todo el día fuera, tu hijo acaba de llegar de viaje...y yo mañana tengo mucho trabajo—se excusó Leslie—Otro día, ¿vale?

—Claro, así Bill y tú os conoceréis mejor—asintió Gordon.

—Claro—murmuró Bill imitando a su padre.

—Invitemos también a Tom—añadió Gordon.

Bill miró a Leslie, quien solo sonrió al escuchar el nombre de Tom. Esperó en silencio mientras su padre se despedía de ella con un breve beso en los labios, pensando que a él le costaba lo suyo besarse con Tom delante de más gente mientras que su padre y Leslie ya lo hacían desde la primera cita.

Una vez se hubo ido Leslie, Gordon miró a su hijo y no hizo falta que le dijera nada. Subieron a la vivienda dejando el restaurante en manos de Andreas.

— ¿Te has divertido con tus amigos?—preguntó Gordon una vez a solas.

—Mucho, fue una buena idea lo del viaje—contestó Bill con una amplia sonrisa—Incluso salimos de fiesta, hacía años que no pisaba un bar y bailaba.

— ¿Te molesta que le haya hablado a Leslie de lo tuyo con Tom?—preguntó de repente Gordon.

No se le había escapado el leve gesto que por un momento puso si hijo, comprendiéndolo. No es que fuera contando al primer desconocido con el que se encontraba que su hijo era gay y tenía novio formal. Pero con Leslie sintió que podía desnudar su alma.

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