Parte IV, Capítulo 2

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Y con ese pensamiento se levantó temprano al día siguiente. Ya había hecho las llamadas necesarias y en una hora le esperaban. Se dio una ducha rápida y cuando bajó a desayunar se extrañó de ver solo a Georg.

—Gustav se fue con Kate anoche—le explicó Georg con la boca llena—Tú estás con Bill, y yo...

—Tú encontrarás a alguien cuando menos te lo esperas—terminó Tom la frase por él.

—Bueno, solo tampoco se está mal—murmuró Georg alzando una ceja.

Tom le miró resoplando, no quería saber nada de sus distracciones, ya se había hecho más o menos una idea cuando le había hablado del tema. Que si un chico por aquí, que si otro por allá...jamás nadie en serio de momento, él solo disfrutaba de todas las oportunidades que se le presentaba hasta que llegara el día en que decidiera sentar la cabeza.

— ¿Qué vas a hacer hoy?—preguntó Georg de repente.

—Iré a por Bill a la tarde, como siempre—contestó Tom encogiéndose de hombros.

— ¿Va algo mal?—preguntó Georg detectando en la voz de su amigo una señal de preocupación.

Tom le miró sin saber si contarle lo que le pasaba o no, pensando que la noche anterior Bill también se lo había preguntado y él no se atrevió a contárselo porque antes quería tener cierta conversación con la persona adecuada. Y en esos momentos su mejor amigo le hacía la misma pregunta y creía....que si le contestaba a él traicionaría a Bill de alguna manera.

—Si no me lo puedes contar, lo entiendo—murmuró Georg al verlo dudar.

—No es eso es que antes quiero hacer una consulta—dijo Tom carraspeando—En serio, no es nada grave pero no puedo decir nada de momento.

Georg asintió para nada ofendido y siguió desayunando mientras que Tom le imitaba. Cuando terminaron Tom se ofreció a llevarle a clases en su coche y nada más dejarle en la misma puerta puso rumbo a la consulta del doctor Listing.

No tuvo que esperar mucho, tenía hora para las 9 y entró 5 minutos antes incluso. Moritz le esperaba sentado tras su mesa con su historial abierto sobre ella.

—Buenos días—saludó Tom sonriendo.

Moritz le imitó y se puso de pie, estrechando la mano que le ofrecía.

— ¿Va todo bien? Tenemos revisión en 2 semanas y cuando me llamaste ayer quedé preocupado—confesó Moritz.

—Lo siento, no quise asustarle. Todo va bien—le aseguró Tom sentándose en la camilla que le indicó—No he vuelto a tener ningún pinchazo ni nada por el estilo. Mi corazón late fuerte y sano.

— ¿Puedo comprobarlo?—preguntó Moritz quitándose del cuello su estetoscopio.

Tom asintió y antes de que le dijera nada ya se había quitado la cazadora y dejado a un lado. También se quitó el jersey que llevaba, respirando hondo cuando el doctor Listing se lo pidió y conteniendo el aliento también.

—Todo perfecto—dijo Moritz muy satisfecho—En serio, es un corazón muy fuerte.

Tom asintió y se puso de nuevo el jersey mordiéndose el labio, gesto que Moritz no pasó por alto.

— ¿Quieres...quieres hablarme de algo?—preguntó en voz baja.

Tom asintió suspirando y cogiendo aire empezó a contarle lo que le atormentaba.

—Bill y yo...—empezó a decir—Queremos...bueno, yo quiero...

No le salían las palabras, y sentía que se estaba poniendo colorado. Era un tema muy delicado y no sabía con quien hablarlo, él era su médico y siempre le dijo que podía contar con él para hablar de lo que fuera.

Listen to your HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora